lunes, 29 de diciembre de 2008

domingo, 28 de diciembre de 2008

Escuela YI.



http://blogs.periodistadigital.com/arte.php/2008/11/13/la-escuela-yi-meditando-en-la-transforma

Sucede con esta muestra como con otras tantas contemporáneas: el paso del tiempo aún no ha hecho su labor de filtrado, por tanto aquí hay bueno, malo y regular, aunque no seré yo quien juzgue cual es cual. Son en su mayoría pinturas, pero también algo de fotografía, escultura y “performance”. Solo he podido detectar un común denominador entre todas las piezas: movimiento, y resulta que mira por dónde, los críticos dicen que es justo lo contrario: meditación.
En parte de la muestra, y no es grande, se habla de “Maximalismo” como tendencia opuesta a “Minimalismo”. Pues vaya, no parece que esté muy claro, y menos en pintura. Por lo que he podido ver (hasta ahora) es algo así como los decorados de las películas de Almodóvar.
Ríos de tinta se vierten y verterán en torno a lo que no debe ni puede ser explicado porque lo importante es si emociona o no. Como dijo aquel (que me perdone su autor, la memoria me falla): “Di algo ininteligible y escribirán tesis sobre ti”.

VOCABLO YI:
http://en.wikipedia.org/wiki/Yi_people#Diversity

A veces las lágrimas.


A veces las lágrimas caen por dentro. Resbalan por el cerebro, descienden por la garganta, atraviesan el esófago, el estómago, penetran al hígado, barren el riñón, rasgan los ovarios, bajan por las piernas, y no reposan en los pies porque vuelven a ascender recorriendo sendas inversas.
Dejan el cuerpo surcado de regueros, caminos internos abiertos a golpe de dolor que no recuperan su ritmo jamás.
A veces las lágrimas caen por dentro. Es mucho peor que llorar.

jueves, 25 de diciembre de 2008

LO QUE ESPERAMOS

Tardará, tardará.
Ya sé que todavía los émbolos, la usura, el sudor, las bobinas seguirán produciendo, al por mayor, en serie, iniquidad, ayuno, rencor, desesperanza; para que las lombrices con huecos portasenos, las vacas de embajada, los viejos paquidermos de esfínteres crinudos, se sacien de adulterios, de hastío, de diamantes, de caviar, de remedios. Ya sé que todavía pasarán muchos años para que estos crustáceos del asfalto y la mugre se limpien la cabeza, se alejen de la envidia, no idolatren la saña, no adoren la impostura, y abandonen su costra de opresión, de ceguera, de mezquindad. de bosta. Pero, quizás, un día, antes de que la tierra se canse de atraernos y brindarnos su seno, el cerebro les sirva para sentirse humanos, ser hombres, ser mujeres, -no cajas de caudales, ni perchas desoladas-, someter a las ruedas, impedir que nos maten, comprobar que la vida se arranca y despedaza los chalecos de fuerza de todos los sistemas; y descubrir, de nuevo, que todas las riquezas se encuentran en nosotros y no bajo la tierra. Y entonces... ¡Ah!, ese día abriremos los brazos sin temer que el instinto nos muerda los garrones, ni recelar de todo, hasta de nuestra sombra; y seremos capaces de acercarnos al pasto, a la noche, a los ríos, sin rubor, mansamente, con las pupilas claras, con las manos tranquilas; y usaremos palabras sustanciosas, auténticas; no como esos vocablos erizados de inquina que babean las hienas al instarnos al odio, ni aquellos que se asfixian en estrofas de almíbar y fustigada clara de huevo corrompido;

sino palabras simples,
de arroyo, de raíces,
que en vez de separarnos
nos acerquen un poco;
o mejor todavía
guardaremos silencio
para tomar el pulso a todo lo que existe
y vivir el milagro de cuanto nos rodea,
mientras alguien nos diga,
con una voz de roble,
lo que desde hace siglos
esperamos en vano.
Poema de Oliverio Girondo.
(Buenos Aires, 1891-1967)

La siesta del fauno.

http://www.youtube.com/watch?v=uFRUK2SVeQc

Cuentan las crónicas que el día del estreno de "La siesta del fauno", Nijinsky escandalizó al público por su orgasmo en directo. Era 1912, en París, coreografía basada en una partitura de Debussy y en un poema de Mallarmé.
http://www.cica.es/aliens/gittcus/mallarme

La representación de este ballet supuso un hito por dos razones. La primera, porque el bailarín tiene entidad propia (no es mero soporte de la bailarina, propio del ballet romántico, mal llamado "ballet clásico"). La segunda, porque los movimientos están claramente inspirados en los dibujos de las ánforas griegas, lo que hace pensar en una tendencia neo-clásica o al menos, en una ruptura con la danza de las grandes representaciones teatrales de la época. Mi amiga la Duncan debió verlo.
La pelicula "Nijinsky" que se exhibió hace unos años (no he encontrado referencias) nos contó la vida de este personaje, nada vulgar y algo -o bastante- psicótico. En ella se percibía con claridad la escena en cuestión, aunque no se sabe muy bien si el escándalo se debió al carácter erótico (o pornográfico según para quien) de toda la representación o a que, en realidad, el divo acabó masturbándose con sus movimientos sobre el velo. Si así hubiera sido, sería interesante conocer si lo repitió en las sucesivas representaciones, pues significaría que Nijinsky... ¡se tomó demasiado en serio su papel!

http://es.wikipedia.org/wiki/V%C3%A1tslav_Nizhinski

martes, 23 de diciembre de 2008

SIN TÍTULO.

A Carmela, que juega mis mismas cartas por partida doble.
¡Cuánto me enseñas! Un beso.
A veces es necesario frivolizar para sobrevivir. Comprendo que ésa debe ser la función de las llamadas “revistas del corazón”: desviar la atención hacia otros, olvidarse de nuestros pequeños o grandes dramas. El problema es que esas páginas a mí me dicen poco: no conozco a sus protagonistas (salvo a la royal family), no me interesan sus vidas, no me consuelan, no me concentro en ellas. No es snobismo, es la realidad.
Hay veces que te desgarran el corazón y crees que es el fin del mundo, pero sobrevives. Vuelven a despedazarte y vuelves a resucitar. Convives con el horror y casi casi, llegas a acostumbrarte, pero no, aún te queda lucidez para decir "basta". Y vuelves a perdonar, porque es amor. Hasta que llega el momento en que sabes que ya no, ya no, ya no.
La capacidad de regeneración del alma humana es inconmensurable. No hubiera creído yo mi propia historia si me hubiera sido contada a través de otros, protagonizada por otros.
Pero sobrevivo.
Cuando la vida te duele como un puñal en el centro del corazón, te agarras a cualquier cosa a tu alcance: instinto de supervivencia.
Me propongo unos días de frivolidad o de asideros más o menos superficiales, juguetones, banales (o no).
Lo mejor de escribir es que puede ser ficción hasta cuando lo haces en serio.

jueves, 18 de diciembre de 2008

TANZANIA, por LF Comendador.



Todo un lujo leer un diario manuscrito en estos tiempos, gracias colegui, mon ami, por darme esta oportunidad.

Se trata de una entretenida y curiosa crónica del viaje a Tanzania vivida por dos amigos, que se dedican a promover escuelas en los mundos donde no hay dios, pero hay dioses.
Es ameno, como no podía esperarse menos del autor, pero además impregnado del personalísimo estilo de Luis Felipe: unas veces ácido, otras sentimental y siempre con la vena cómica dispuesta a emerger. Salpicado de algunos dibujos encantadores y varios poemillas dedicados a su familia.
Una encerrona en un puti-club en la que acaban todos, hasta el chulo, filosofando sobre pedagogía. Niños que acarician para conocer la textura del hombre blanco. Misioneros sin escrúpulos. Paisaje, naturaleza, nativos, insectos, aventuras, polvo, calor.

De toda la historia, me quedo con la luna sonriente, aunque es difícil elegir entre las reflexiones lúcidas, anécdotas divertidas y escenas amables.

lunes, 15 de diciembre de 2008

BUSCANDO UNA COSA...


... Y ENCONTRANDO OTRA, como suele suceder.
Ánimo, María: como una hormiguita, con trabajo y discreción, consigues todo lo que te propones.
Buscando papel de cartas, encontré este dibujo-poema del año 2005, creo sinceramente que has progresado mucho.
De María he aprendido a escribir lo que me apetece, sin pudor ni temor al qué interpretarán. El pensamiento es libre.
Sangra la tierra
romero y piorno,
la lluvia le consuela.

Lame la niebla
el rojo robledal y
se esparce el musgo.

Ríe la luna
que vigila discreta,
le guiño un ojo.

Me mira y miro
la luna que está
anclada y sola.

Ya no quiere más
noche, dice la aurora,
que pintó escarcha.

Quiere un mirlo la
morera, que endulzará
así su siesta.

Baila el bambú con
las notas de agua entre
sus dedos verdes.
Poema y dibujo de María Alonso, (ver entrada del 26 de agosto, "Amiguis artistis 2").

sábado, 13 de diciembre de 2008

Cuestión de hormonas.


Hace unos días unos amigos me comentaban su disgusto por la actitud rebelde y vaga de su hija adolescente. Uno se cansa de regañar, de castigar y la imaginación se agota. Tanta reprimenda deja de tener efecto positivo alguno, como todo lo que se repite. Machacar machaca tanto al machacante como al machacado. ¿Y qué hacer, entonces? “Aaaahh, qui lo sá” Tal vez armarse de paciencia, confiar en el tiempo, que juega a favor, dar amor y ejemplo al adolescente, no transmitir angustia.

Rescaté a mi perro de la Protectora de Animales y me tiene un apego algo excesivo que muchos interpretan como mala educación. Si le dan a elegir entre salir o quedarse conmigo, elige quedarse. Si la elección es entre comer carne estupenda o irse conmigo, me elige a mí. Pero si huele a perrita en celo, la fidelidad se esfuma: se lanza tras su rastro como poseso; no atiende a llamadas ni silbidos, no presiente peligros, no hay reproches ni castigos que valgan. La hormona es la hormona.

Así está ahora esta adolescente: con el cuerpo revuelto, la cabeza atormentada y su corazón latiendo a ritmo de vértigo. Los chicos la miran o la dejan de mirar y hace de ello el motivo único de su existencia. Se mira al espejo y la imagen que ve la mide en función de la moda, de lo que le dijo su mejor amiga, de la actriz que admira. Se acaba de dar cuenta de que sus padres no tienen ni idea de nada. Las clases son como un ruido de fondo que estorba los murmullos de su pensamiento. ¡Ay! Todo su cuerpo es hormona pura. ¿Cómo pretender que se concentre en otra cosa que no sea ella misma y su revolución?

viernes, 12 de diciembre de 2008

A CELIA. Con nostalgia.


FOTO:
Vestíbulo del velatorio aconfesional cerca de Berlín, año 2006.
Teníamos trece años y un pavazo de muerte. Se nos escapaba la risa floja cada dos por tres. Estábamos enamoradas siempre de alguno, a veces que ni siquiera era real (un actor de cine, el hermano de una amiga a quien solo conocíamos de oídas o el vecino con el que coincidías en el ascensor). Cada dos minutos y medio se nos iba el santo al cielo, que diría mi madre. Y nos aprendimos de memoria estos versos:

Sueña el rey que es rey,
y vive con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?

Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

(Segismundo en “La vida es sueño”, de Calderón de la Barca)

Y cada vez que los escucho, me acuerdo de aquella época. Y cada vez que oigo hablar de sueños, me acuerdo de aquella época. Y cada vez que la muerte trunca algún proyecto, me acuerdo de estos versos.
Me agrada recordar que fueran estos versos los primeros que aprendimos de memoria y no cualquier tontería, en medio de tanto pavo. Estos versos hilvanaron nuestra complicidad, que se mantuvo bien cosida durante muchos años con el humor siempre presente como hilo conductor.

martes, 9 de diciembre de 2008

Luna de sobremesa.

Hay días en que no pasa nada y otros en que nos pasa todo. Una emoción dulce no me dejó dormir. Y con el día llegó otra esperada, amarga, que me viene persiguiendo sin descanso.
No sé qué prefiero: si de una en una, o ambas a la vez, tal que se conjuguen.
Salí corriendo después de comer y en frente mío estaba la luna a plena luz. Sonaba por la radio del coche algo de Amaral y el reloj marcaba las 16.28 (sólo tengo memoria fotográfica). Cuando sucede ésto trato de imaginarme el mapa: el Sol, la Tierra y el satélite, pero no fuí capaz.
Después, ya de noche, me tendieron varias manos abiertas. Pude reconstruir el mapa pero ya no había luz del sol. Para esas manos, mi gratitud.
La eternidad es para los que distinguen la belleza dentro de la penumbra.
¿Quiero eternidad?

.........................................................................................
¿Qué decir cuando no se puede contar la verdad?
Los inteligentes hablan porque tienen algo que decir, los tontos porque tienen que decir algo.
(Platón, creo).

lunes, 8 de diciembre de 2008

Inmaculada Concepción.


Hoy, justo hoy, hace un año que empecé este blog y hoy, justo hoy, esto no me funciona bien, o no sé, seré yo que estoy menopaúsica.
LOS DUENDES SE COLARON Y CAMBIARON DE SITIO ESTAS TRES ENTRADAS.
POR FAVOR, SALTENSE USTEDES LAS MANZANAS QUE LO ESCRIBÍ DE UN TIRÓN Y ES MUY MALO (CUANDO SEPA, LO BORRARÉ DEL TODO) Y VAYAN A FELIZ ANIVERSARIO QUE ES EL QUE SE DEBERÍA VER EL ÚLTIMO, QUIERO DECIR EL PRIMERO.
MENOS MAL QUE NO CREO EN LOS DUENDES.
NOTA DEL 09.12.08
Pues al final he decidido no borrarlo, dentro de un año sonreiré con ello.

domingo, 7 de diciembre de 2008

MANZANAS. Micro-relato.

Como todos los jueves, Eva se pinta con cuidado los labios antes de salir. Llega al mercado y disimula entreteniéndose antes en el puesto del pescado, en el de la carne. Por fin, llega a la frutería y allí está su Adán que despacha con vigor, metiendo las peras en la bolsa como si fueran juegos malabares. Él ya la ha visto y se apresura con el cliente para atenderla lo antes posible. Se cruzan sus pupilas y se lanzan a su través eso que llevan diciéndose meses.

- Buenos días, Señora Eva, ¿lo mismo de siempre?
- Buenas Don Adán, sí, claro, póngame usted el kilito de manzanas, verde doncella, ya sabe.

Mientras él ejecuta el ejercicio con la fruta del mal, se miran diez mil veces como si no lo hubieran hecho nunca. Él la imagina en ropa interior y se siente muy joven a pesar de sus más de cincuenta años. Ella desearía acariciarle con toda la pasión y ternura del mundo.
Al darle la bolsa con las manzanas, Adán roza las yemas de sus dedos, en un intercambio breve pero intenso. Eva se ruboriza un poco, y a los dos se les erizan todos los pelos de su cuerpo.

Cuando Eva vuelve a su casa saborea el recuerdo del roce en apariencia accidental.
Sabe que así será el próximo jueves, y al siguiente y al que llegará dentro de tres semanas. Cualquier paso adelante rompería la magia de su secreto y pondría su vida patas arriba.
Los jueves son la luz del sol para Eva.
Adán ya no puede ni dormir pensando en el próximo.
Algún jueves de algún año ya no habrá manzanas verde doncella. Ha dicho la prensa que son malas para la salud y acabarán retirándolas del mercado.

FELIZ ANIVERSARIO.

"Mi" playa, lugar donde nació este blog y que disfruto de vez en cuando.
Allí paseo y escribo, escribo y paseo, con mi perro por toda compañía. Me sabe bien esta soledad. Allí experimento mi muga cuando me dejo acariciar por el rumor de las olas y la brisa marina. Es allí donde descargo electricidad cuando camino descalza. Allí es, en ese rinconcito de la costa portuguesa, donde nació "La reina de América" observando una puesta de sol. Allí contemplé el fascinante espectáculo de un doble arco iris.

Hoy cumple un año este blog. Me voy a felicitar: ha sobrepasado mis expectativas. Ya sé que a los bloggeros profesionalizados esto les arrancaría una carcajada, pero hemos de considerar que:
1) No es probable que vengan a visitarme.
2) Si vienen y se ríen, mejor para ellos.
3) No sé si existe la profesión de bloggero.
Como decía, empecé tímidamente un sábado del año 2007, día de la Inmaculada Concepción, antes Día de la Madre, con la idea de ir colgando lo que tenía escrito y lo que voy escribiendo, por tener archivado y ordenado en algún sitio el resultado de este pasatiempo que se ha convertido para mí ya en una necesidad.
Y en efecto, he ido subiendo todo lo subible y además, tenerlo me ha motivado mucho.
Incluir reseñas de exposiciones o películas que veo es una buena forma de que no se me olviden. Lo mismo con los libros que leo. Aunque no están todos los que son: por ejemplo, se quedó fuera "Vicky, Cristina, Barcelona", no he comentado nada de lo que leí sobre Zen y meditación en los meses malísimos de septiembre, octubre y noviembre, tampoco pongo nada de la poca poesía que cae en mis manos.
Ha pasado ya un año, sí: 365 días. Aproximadamente 500 entradas en mi blog, ja ja... poco más de un visitante al día. Me equivoqué 365 veces (por lo menos), sonreí otras tantas (pregunta interesante: ¿cuántas veces sonrío al día?, respuesta: cuando estoy sola cero, cuando estoy acompañada muchas). Me enamoré de cuatro o cinco y me desenamoré de seis o siete (es broma por supuesto, no tengo tanta energía). Fue el año de derribo y caída de JC, de incertidumbre total en el trabajo, de crisis familiar otra vez. Un año movidito.
Releyendo las cosas que cuelgo por aquí, me doy cuenta de que se refleja sólo una parte de mi personalidad: la que es sentimental y profunda, más melancólica. Suelo ser bastante guasona, siempre dispuesta a bromear y reir, y ésto creo que no se percibe (¿?)
Que cumplas muchos, Adu, cualquier día es bueno para empezar, el primer título que me vino a la cabeza, el pseudónimo ya lo había utilizado alguna vez antes.
Post.data.- Me gusta esta coincidencia con el cumpleaños de Luis Felipe de la que me he enterado hoy. ¿Lo ves? : todo es azar.

sábado, 6 de diciembre de 2008

AMATEURS


No me gustan las superproducciones. Odio las persecuciones de coches y a los policías brutos que pegan puñetazos. Me revuelven las tripas los efectos especiales acompañados de una música estridente e impactante y todo muy rápido. Por eso voy a ver cosas como ésta: personas normales, historias de cada día.
No sabía que tiene parte rodada en Salamanca. Me ha sorprendido Maite Iglesias en la pantalla como doctora. Maite, todo un ejemplo de tesón vocacional, la recuerdo de dependienta en una conocida tienda de zapatos hace veinte años. Ahora tiene grupo de teatro con su hermana y trabajan bastante, hacen también anuncios en TV Salamanca. Me alegro mucho por ella, aunque salir por TV Salamanca no sea precisamente un premio.
La película es triste. Tiene el mérito de hacernos muy creíbles los personajes pero la historia ahoga de pura realidad. La niña es un encanto. El protagonista -que no es actor profesional- ha conseguido realizar su papel con dignidad.
La parte fea de lo varonil asoma en varias ocasiones sin pudor: el despotismo y la agresividad en lo cotidiano.
La soledad arrastra a la niña hasta el llanto histérico de desesperación y el viejito llora también. Esto es el comienzo; el azar los junta después pero la soledad gana la partida finalmente.
Una demostración de la vertiginosa cercanía entre la falta de afecto y la locura.
Triste, sí, y sin mensaje de esperanza.

viernes, 5 de diciembre de 2008

QUE SE QUEDE EL INFINITO SIN ESTRELLAS...

Que se quede el infinito sin estrellas,
que la curva del tiempo se enderece.
Y pierda su fulgor, cuando se mece
un planeta en su abismo y en las huellas

del estallido primordial. Aquellas
noticias recibidas del comienzo
de las galaxias, del vacío inmenso,
hoy son luz fósil. Paradojas bellas

que anuncian por venir lo transcurrido
y postulan pasado lo futuro.
Universo del pensamiento puro:

un espacio que fluye como un río
y un tiempo sin presente, opaco y frío.
El tiempo de la espera y del olvido.

S.S.S. (= Soneto de Severo Sarduy)
Hoy lo descubrí.

lunes, 1 de diciembre de 2008

TIEMPO.


El tiempo tiene el color del aire y un tamaño sin medida.

Llevo casi un año, once meses para ser más precisos, tratando de redondear un reflexión sobre el tiempo dedicada a Michèle Mariette, mi querida pintora, charmante parisina de luxe. El día que me dé por fin, las fotos de sus cuadros, abriré una entrada con el título "Amiguis Artistis III" y ese día, quizá, yo ya tenga algo coherente que decir sobre el paso del tiempo y el cómo uno se lo administra.

“He tardado tres días en hacer tres versos”
(Sófocles).

jueves, 27 de noviembre de 2008

BODAS DE ESTAÑO. Micro-relato.


La luz de la mañana se empieza a colar por las rendijas de la persiana. Encima de la cama un cuerpo tumbado hacia abajo: está desnudo y solo, completamente solo.
Se asoma por la puerta entreabierta y ve la silueta tendida. Observa. Permanece en silencio mirando. Hace quince años amó tanto… sólo recordarlo resquebraja el alma.
Poco a poco empiezan los ruidos del amanecer: despertadores, las primeras toses, el silbido de una cafetera… El patio suena a cotidiano. Un nuevo día se presenta, idéntico al anterior y al siguiente.
La risas de los niños les devuelven la fuerza necesaria para enfrentarse al desayuno y la rutina. Ella volverá al Hospital a seguir de cerca el lento languidecer de su madre. Él llevará a los niños al colegio antes de empezar su tediosa jornada en la oficina.
Ella arrastrará la soledad que cuelga de su cintura; él la llevará abrazada a su regazo y sin apenas notarla.

Un día se habían rendido sin gritos ni aspavientos, silenciosamente.
Hace quince años se amaron tanto… sólo recordarlo resquebraja el alma.

domingo, 23 de noviembre de 2008

El Retiro

Los cincuenta: celebro con Javier nuestra amistad que dura ya más de treinta años.
Mi perro disfruta con la sinfonía de nuevos olores y persigue un gato.
Vaya asco de cámara, a ver si cobro algo y me compro una que saque fotos decentes, este blog se ha perdido trompetistas, patinadores, grupo de Tai-Chi, guiñol, lluvia de hojas, rodaje de película… sale la vida a borbotones de este parque.
Me encantan Madrid los domingos, el Retiro, mi familia y los amigos.

Recuerdos del Retiro.


Infancia: paseos con el yayo y José Manuel, el oso pardo de la Casa de Fieras, Manoli emocionada con las rosas de primavera.
Juventud: muerte del yayo, sesión de fotos con María V. y su novio Carlos.
Madurez: Jack enseñándome a distinguir las coníferas. Jack practica Tai-Chi en Roma y me enseña que es una lucha a cámara lenta.

martes, 18 de noviembre de 2008

Niebla y otros fenómenos.



Hoy en mi paseo habitual he sentido algo repiquetando sobre mis hombros. He mirado alrededor y tan sólo había niebla, mucha niebla, una niebla como la de estas imágenes. He posado los ojos entonces sobre mis propios hombros y he visto esa "lluvia": era una hermosa combinación de hojas y trocitos de hielo. Quizá no es la primera vez que "me mojo" bajo esta singular forma de llover, pero no lo he percibido hasta hoy. Me ha parecido bello, profundo... Por un instante, casi he sido feliz.
(LA FOTO DE ABAJO ES DE VICTORINO GARCÍA, ¡gracias!)

lunes, 17 de noviembre de 2008

Otoño, amor, sexo y poesía (II).


A una se le van cayendo las hojas al compás de los achaques. La mente mengua en memoria y gana en lucidez. El alma sale de su escondite más a menudo: unas veces hace “de las suyas”; otras, sopla serenidad.
Paseo a diario al amanecer. Mientras, soy consciente de haber nacido y de que un día, más cercano que mi nacimiento, tan sólo seré… ¿qué seré? Probablemente, nada. Hago siempre el mismo recorrido: hasta el tercer puente. Hasta el primero, agradezco tener salud para hacer una vida autónoma. Cuando voy alcanzando el siguiente, alabo la suerte de vivir en el Segundo Mundo y no pasar hambre.
Al tercer puente, dar la vuelta y desandar. Ahí me trabuco un poco; toca hacer un ejercicio que consiste en recordar a quienes amas y te aman. Pienso en mis hermanos, en mi hijo, en mi madre, en esos pocos pero cálidos amigos que están cerca, en los que ya no están, y... en aquel hombre que fue sueño. Ya no queda tiempo para hacerlo realidad: éxtasis juvenil primero, padre de tus hijos y compañero de batallas después. Otoño no es una buena estación para iniciar ese ciclo vital pues ¿qué futuro se proyecta para el invierno que llegará? Con las nieves y heladas vendrán la debilidad, la enfermedad, el dolor y la muerte. No habiendo existido un afecto que, consolidado por haber sido antes pasión y luego tedio, ¿qué puede alimentar ese final? Es tarde ya para ese hombre sueño, sí.
Pero hay tiempo aún para el romance sereno y enriquecedor (¿?). Hasta ahora las aventuras han sido más tormento que remanso.
¿Y de sexo, qué? Sólo imaginar un arrebato pasional, tal vez antaño excitante, me siento cansada. Prefiero la ternura, el sexo como experiencia estética (*). Ya únicamente me dejo seducir por un juego delicado, inteligente, que sonríe tranquilo, sin metas ni obligaciones. (Nada más absurdo que el orgasmo por real decreto.)
Como dijo el artista: “para amar hay que tener tiempo” (**).
Siempre nos queda la Poesía, que en otoño no es tan cansada como la pasión y, en todas las estaciones, resulta más constante que el amor. Además, bastan unos minutillos.
(*) “…el sexo como experiencia estética”, frase –no sé si literal o como idea, ya no recuerdo- de Ana Lemes, bailarina y amiga.
(**) Aforismo de Luis Felipe Comendador en “No pasa nada si a mí no me pasa nada”.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Otoño, amor, sexo y poesía (I).


Se caen las hojas
de mi cuerpo desnudo.
Como árbol soy.
………………………..
Visto con ropas
de arcilla y carmín.
Por lo que soy, porque fui.
………………………..
Bajo tu vientre
Caben mil besos
Que se me escapan
Como traviesos
Tú los atrapas
Yo los desato
Para que jueguen
Y sin recato
Por tus rincones
Se van colando
Los besos sabios
Que te estoy dando
……………………….
Nunca fui buena en poesía, prefiero lo que hacen otros.

DESPUÉS DE LOS REPROCHES
la complicidad regresa
la humedad
derritiéndose hasta habitarnos
y así, sin más
encendimos de nuevo las llamas.

VAMOS CAYENDO POR SEPARADO
Como hojas de un mismo árbol
a su tiempo
todos
Sonreiremos bajo la tierra.

(Poemas de María Elena Rodríguez Hernández, en
“15 BALAS”, Antología de poesía mexicana actual, lf ediciones 2008.)

lunes, 10 de noviembre de 2008

FUERZA CUATRO. Micro-relato.


Empezó con un golpe seco y breve, muy breve; una caricia brusca. Y cesó.
Después del primer instante, ella volvió a lo suyo y permaneció silenciosa.
A los pocos segundos, llegó un empujón, prolongado y con fuerza. Entonces sí, ella se volvió hacia él desafiante, con tanto desparpajo como temeridad. No dijo nada, pero silbó.
Cualquiera hubiera vaticinado: “viene loco y con furia, dispuesto a todo, tú eres frágil: te va a poder... ¡cuidado!"
Él embistió; arrancó sus adornos y la despojó de su leve vestimenta.
Ella se resistía moviéndose en todas las direcciones posibles, se agitaba, gritaba, se revolvía... pero la fuerza de él todo lo abarcaba presionando brutalmente.
Las bisagras de su intimidad cedieron poco a poco ante el dolor y el destino.
Finalmente, consiguió penetrar.
*********************************************************
Ha dicho el hombre del tiempo que, esa tarde, el viento superó los cien kilómetros por hora. La ventana de Doña Pepita, con el visillo tan coqueto -las campanitas de navidad pegadas con celo en el marco-, quedó hecha trizas. No se salvaron ni los herrajes.
Lo peor es que ahora la pobre ni siquiera encuentra la póliza multi-riesgo hogar, con el frío que hace.
GGC. Salamanca, primavera de 2005. Taller de Las Conchas.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Cisne negro, cisne blanco I

Para vencer hay que morir un poco.
Odile avanza a ritmo de tormenta. El príncipe hechizado baila girando sobre sí mismo y recorre el escenario a grandes saltos.
Una figura femenina fisga desde detrás de las cortinas. No quiere perderse un detalle. Está ya maquillada y especialmente ataviada para morir en escena. Sobre sus hombros un chal con sus iniciales M.V. bordadas. A pesar de este momento mágico que la espera, saborea con melancolía la profesionalidad de sus compañeros de reparto: jóvenes bien preparados con más medios y conocimientos de los que ella tuvo, sus cuerpos sanos, sin apenas rasgos deformados; nadie diría que son bailarines. Ellas, hasta podrán ser madres. Salvo por las giras, llevarán una vida casi normal.
Marga se despide de los escenarios con el papel de Odette en el Ballet de la Ópera de Berlín. Más de cien veces ha bailado “El lago de los cisnes”. Esta vez morirá de verdad al aletear y contorsionarse, secreto homenaje a su admirada Plisetskaya. El recuerdo de Maia aún está vivo en su memoria. Se sabe privilegiada, es de los pocos, poquísimos, que consiguieron subir a un escenario, vivir de la Danza, hacer del baile su razón de existir. Ya ha cumplido cuarenta y dos años y es vieja para el oficio. Ahora tal vez forme su propia compañía o monte una Escuela. Se tomará vacaciones de vez en cuando. Tal vez, hasta se case y forme una familia. Adoptará una niña.
El cisne negro se ha evadido. Ya sólo quedan unos minutos. Marga estira su pierna derecha, luego la izquierda, gira el cuello suavemente. La ayudante le quita el chal de lana que cubre su inmaculado tutú blanco, retoca ligeramente el maquillaje y le da un beso.
Odile danza; sus piruetas son perfectas. Mueve los brazos que parecen totalmente alas batiéndose contra el dolor. No parece una bailarina sino un auténtico cisne muriendo, vencido por el hechizo de Odette, su otro yo, el cisne negro. La danza y la vida. La gloria y la renuncia. Odile cae al suelo. La expectación del público flota en el ambiente.………………………………………………………………………………

Cisne negro, cisne blanco II

Veinticinco años antes.
Margarita Valbuena coge las puntas, enrolla las cintas con cuidado y las guarda en una bolsa de paño que se cierra con cordoncillo. Después coge sus zapatillas casi hechas girones –ahora están a punto para bailar-, el maillot y las mayas y mete todo con cuidado en su bolsa de deportes. Antes de salir del vestuario se mira al espejo, duda un instante si quitarse el moño y dejar la melena al aire. Finalmente su pelo queda recogido, así se ve mejor esa sonrisa que dibujan los labios, que llega casi hasta los dos pómulos tan pronunciados. Sus ojos algo rasgados, abiertos a la vida, brillan. Su frente despejada rezuma juventud. Marga va corriendo por la calle, más bien saltando, hacia la cola del autobús queriéndose comer el mundo. Apenas puede contenerse y en la parada pone los pies en quinta posición mientras tararea el vals de las flores. Cierra los ojos y se recuerda a sí misma en la prueba. Pero, por mucho que imagine ella, no puede verse bien, pues sólo siente sus complejos: ese grand-écart insuficientemente abierto, el estreno de sus puntas: demasiado duras y rebeldes para las piruetas, el remiendo de las mallas en la rodilla. Marga es simplemente feliz. Hoy es su día: ha sido seleccionada para “El lago de los cisnes”; en una segunda prueba se decidirá el papel. Ella sueña con la muerte del cisne que vio un día interpretar a la diva Maia Plisetskaya: mientras aleteaba y se contorsionaba, moría de verdad. Inmejorable. Marga no piensa llegar a tanto, no cree que le den un papel solista, ni mucho menos, ya se conforma ella con poder salir a escena en el “Paso a cuatro”. En ese retazo se siente dominadora, con su técnica depurada, tan graciosa y natural en el juego de cabezas… aunque el resultado depende también de las otras tres: tienen que moverse al unísono, en una perfecta sincronización, ni un grado de más hacia la izquierda, o hacia la derecha, ni hacia delante o hacia atrás: el giro, acompasado y suave, muy suave, rítmico, marcando las notas. Marga no comprende cómo algunos bailarines (bueno, más bien aficionados, piensa) dicen que les encanta interpretar la música si bailan igual con ella que sin ella. Marga la siente debajo de su piel y sabe cuándo hay que marcar una pausa, cómo enfatizar el movimiento, parecer más blanda o más cortante, arrastrar el cuerpo detrás de sus pies, y también viceversa. La música le habla: le dicta melancolía o alegría, unas veces delicadeza; otras, crispación: su cuerpo es el vehículo para expresar toda una gama de sensaciones cercana al infinito.
El autobús llega y Marga deshace su quinta. En la parada, un chico se había quedado mirando con extrañeza el nudo de sus pies. Entre el mundo del ballet, se reconocen sólo con verse: por la forma de estar de pie, por la de sentarse, por la de hablar, por la de moverse. Los vocacionales lo hacen sin sentir, por deformación profesional. Otros exageran los rasgos estirando exageradamente el cuello o andando como quien camina de puntillas –cuando no caminan realmente de puntillas-, pero ese tipo de tics acaban delatándolos: sólo son cursis, aprendices, mediocres. Los que viven el baile de verdad, desde dentro, no necesitan gestos externos; a veces se les escapan pero ellos hacen esfuerzos por ser considerados como personas normales. En clase de Marga, en el Instituto, sus compañeros no comprenden que ella prefiera pasarse todo un fin de semana ensayando la prueba, ni que duerma durante la noche del sábado para estar en forma, sin ceder a la tentación de las cervezas. No es que a Marga no le guste lo que a todos los jóvenes, es que su pasión la puede: el baile es su vida, no hay nada en el mundo con lo que se sienta tan llena, tan feliz, como cuando está encima de sus zapatillas volando, soñando, girando…
Lleva trece años asistiendo a clases, desde los cinco. Por los pelos: un año más y hubiera sido ya casi tarde. Tres horas semanales los primeros años, después una hora diaria; más tarde, tres horas diarias. Muchos fines de semana en cursos intensivos o ensayos generales. Casi todos los veranos un mes en algún cursillo de especialidad: “castañuelas”, “escuela bolera”, “brazos”, casi siempre becada, pero a veces tras un esfuerzo económico de sus padres.
Con tan sólo cuatro añitos, a Marga se la permitió apuntarse a la actividad extraescolar de Danza, aunque su madre hubiera preferido Inglés. Al finalizar el curso académico, la Madame recomendó que llevaran a la niña a la prestigiosa Escuela de Ballet de su ciudad, que tenía fama en toda Europa. Sin duda, apuntaba dotes especiales. En la prueba de acceso sin embargo, el Maestro les echó un jarro de agua fría:
- Tiene los pies demasiado planos y constitución algo redonda…
- … Aunque no cabe duda de que es sensible y lista; podrá dominar sus puntos débiles si se la enseña bien. – añadió.
Con lo cual, decidió admitirla.
Su madre se asombró de que para ser bailarina hubiera que ser lista, pero así lo escuchó varias veces a lo largo de los años.
La niña pasó su infancia ejercitando sus empeines, mientras leía, mientras atendía las clases del colegio, mientras veía la tele.
Hoy Marga, mientras coge el autobús, piensa que ha merecido la pena. A veces se ha sentido abrumada. En Ballet todo tiene que ser perfecto, todo tiene que estar en su sitio. Recuerda las lágrimas cuando sus primeros pasos sobre las puntas, la tozudez del Maestro con las niñas para que no se corten el pelo, la preocupación por ese mechón rebelde que no se sujeta y cae sobre la frente, la expulsión de una clase por llevar un tomate en las mayas, los cuchicheos de las compañeras por los dos kilos más en octubre, el bochorno por llevar una talla de más en el maillot. Revive la lucha contra el sueño y el cansancio, el tesón para conseguir limpia la pirueta doble que se rebela, las agujetas cuando se insiste demasiado y sin control.
Marga llega a casa a dar la buena nueva a su madre. Abrazos y gritos de alegría.
- Llegarás a ser una figura – anunció su padre.
Marga sin embargo sonríe porque sabe que figura, sólo una entre diez mil, pero su padre es feliz creyendo que tiene una Maia en casa.

Cisne negro, cisne blanco III

Marga-Odile ahora recuerda sus primeros pinitos y se pregunta qué tipo de vida hubiera llevado de no haberse apuntado a los cuatro años a clase de Baile en su colegio. Qué hubiera sucedido si el Maestro, a quien le debe casi todo lo que es hoy, no la hubiera admitido en su Escuela por no tener los pies cavos, a qué dedicaría su energía y vigor, cuáles serían sus objetivos y sus ilusiones, qué haría si no supiera hacer piruetas, si no pudiera llenar sus horas con el movimiento de sus piernas al ritmo del tres por cuatro, si sus zapatillas no la transportaran hacia el cielo, si no volara, si no girara, si no sintiera danzar dentro de ella misma a los clásicos, si no conociera a Mozart, ni hubiera oído jamás las sonatas de Bach, si no se empapara cada noche con el recuerdo del piano repiqueteando debajo de sus ropas, dentro de su cuerpo, bajo de su piel.
El cisne blanco cae lentamente al suelo. El público se levanta de los asientos e interrumpe la función con sus aplausos.
…………………………………………………………………………………………….
En Playa de Barra (Portugal), primavera de 2008.

Este relato-reportaje se lo dedico a una serie de personas: todas influyeron en mi amor por el Baile. Especialmente a Cuca, que pronto será madre, porque me hizo volver a emocionarme cuando ya era tarde para mí.
A Trinidad Vives, que me habló de Karen Taft.
A Karen Taft que valerosa, instaló en pleno franquismo una de las primeras escuelas de Ballet en Madrid. Y a su hija María, que continuó con la labor de su madre.
A Mari de Larios con quien, literalmente, di mis primeros pasos.
A África Morris, excelente profesional, que sufrió la rígida exigencia a los bailarines para formar parte de un Ballet Clásico.
A Víctor Ullate, por tantas tardes y veladas de ensueño.
A Tamara Rojo y Trinidad Sevillano, que protagonizan el sueño de muchas miles.
A Ana Lemes, que me enseñó también teoría e historia, y me alentó mucho a pesar de ser yo ya “muy mayor”.
A Sara Lezana y su equipo, que me abrieron la puerta de la Escuela Bolera.
Y a mi madre, que me animó a entrar en el mundo de la Danza a mis siete años.

jueves, 9 de octubre de 2008

ANA DUNCAN, yo misma.


Aún no me ha preguntado nadie el porqué este pseudónimo. Y antes de que mis lectores acudan en masa y tropel a hacerlo, lo voy a explicar:
Ana, por Anna Pavlova.
Duncan, por Isadora Duncan.
Por la fusión entre ambas, cuyo encuentro yo había olvidado o ignoraba, pero hoy, re-leyendo la biografía de la Duncan, me encuentro con este párrafo:
"...Con motivo de su primer viaje a San Petersburgo, en 1905, la ya entonces famosa Isadora fue invitada por la no menos célebre bailarina rusa Anna Pavlova a visitar su estudio. Allí tuvo el privilegio de contemplar a la gran diva realizando sus ejercicios. La propia Isadora lo relata en sus memorias: "Encontré a Pavlova de pie con su vestido de tul practicando en la barra, sometiéndose a la gimnasia más rigurosa, mientras que un viejo caballero con un violín marcaba el tiempo y la exhortaba a realizar mayores esfuerzos; era el legendario maestro Petipa. Me senté y durante tres horas observé tensa y perpleja los sorprendentes ejercicios de Pavlova, que parecía ser de acero elástico. Su hermoso rostro adoptó las líneas severas del mártir. No paró ni un solo instante. Todo su entrenamiento parecía estar destinado a separar por completo la mente de los movimientos gimnásticos del cuerpo. La mente debía alejarse de esa rigurosa disciplina muscular. Esto era justamente todo lo contrario de las teorías sobre las que yo había fundado mi escuela un año antes. Lo que yo pretendía es que mente y espíritu fuesen los motores del cuerpo y lo elevasen sin esfuerzo aparente hacia la luz..."


La danza marcó mi infancia y mi juventud. Mi alejamiento de ella en la adolescencia, justo cuando más se necesita, marcó también, quizá, mi destino. O no. Nunca se sabe "que hubiera pasado si..." Por tanto, no caeré en la tentación de reprocharme, una vez más, haber ido por el camino que fui, pues nadie me obligó a hacerlo. Simplemente, ¿quién sabe lo que quiere a los diecisiete, a los veinte años? Cuando uno empieza ya a conocer sus prioridades, es tarde para elegir.
En todo caso, la Danza está ahí para nuestro deleite, como lo están la Literatura (más al alcance de todos los públicos y en todas partes, creo yo) y otras artes y artesanías, para que uno tenga asideros en sus momentos de más tétrica soledad y también en los de regocijo compartido. Aunque, no sé porqué, prefiero la contemplación de la belleza en solitario. O tal vez es que me he acostumbrado.

Otras páginas sobre la interesantísima vida de la Duncan:

miércoles, 1 de octubre de 2008

Edward Steichen. FOTÓGRAFO...





Nunca había escuchado su nombre, pero al ver sus fotografías las reconocí. Este luxemburgués, afincado en EE.UU. donde triunfó, fue un gran polifacético: botánico, piloto de guerra y fotógrafo de moda. Isadora Duncan, Charlot, Greta Garbo y otros tantos personajes famosos se muestran en esta exposición donde además, se pasan dos películas documentales: una sobre su trabajo de taller -Steichen dirigiendo a una bailarina para retratarla- y otra sobre la exposición "THE FAMILY OF MAN". La exposición se ubica en la parte nueva del Museo Reina Sofía de Madrid.
Steichen también dirigió el MOMA de Nueva York en una fase de su variopinta vida laboral, y fue ahí donde organizó la exposición de fotografía que llevó este título: "La familia del hombre" o "La familia de la Humanidad", mejor interpretaría yo. Al parecer, esta exposición dio la vuelta al mundo, está registrada en la UNESCO y tiene el record de ser la más visitada de la Historia.
Aunque ya lo he expresado en alguna otra ocasión, insisto, esto de los records a los que son tan aficionados los ciudadanos norteamericanos me deja fría; ¿es que en todas las exposiciones contabilizan el número de visitantes?, por poner un ejemplo de las dudas que me asaltan cuando escucho estos rankings (no encuentro palabreja en castellano).
El caso es que para mayor información sobre este artista, que sin duda lo fue, el medio lector que tengo de este blog (que no es otro casi que yo misma dentro de unos años cuando lea este nombre y no me acuerde de nada ya) puede acudir a los enlaces:

martes, 26 de agosto de 2008

Amiguis artistis (2) MA ALONSO




















M.A. es una mujer sensible y sensual... Tiene una serenidad que envidio y un sentido del humor que a veces compartimos.

Hace sus pinitos con el lápiz y escribe así:

EL MAR
Envuelve el mar
la desnudez de sus tobillos
y ligero asciende
a la orquídea de sus piernas.
Pétalos de sal disfrutan su cintura,
y en el cofre abierto de su pecho
desgrano mis ojos
como incendio.
Estalla un clavel sobre su boca
y en la mía danzan caracolas.


(Poema y dibujo de María Alonso.)

lunes, 18 de agosto de 2008

Amiguis artistis (1) LF COMENDADOR


NOS VEMOS EN EL CIELO.
Es el título de la segunda y última novela, por ahora, de Luis Felipe Comendador, poeta y artista bejarano; él mismo me ha prestado su ejemplar porque está agotado (se publicó en 1999).
Empezaré con un elogio a la carcajada: me lo he pasado muy bien. No creo que reír y disfrutar tenga nada que ver con la frivolidad. Me he reído un montón, sí, como ya me pasó con “El tipo de las cuatro”, su otra novela. Sexo, amistad, amor y muerte, temas de siempre cargados de ironía.
El humor de Luis Felipe nace de la naturalidad, de lo cotidiano. Se atreve a contar lo que otros también hacemos o pensamos, pero no lo decimos por pudor. De la ausencia de ridículo nacen las carcajadas. Y también de la humanización de lo divino. Dios es un hombre en este libro, un hombre gamberro y guasón, y el cielo un lugar donde no existen los prejuicios. El tratamiento que Luis Felipe da a lo sagrado será irreverente para muchos; yo pertenezco al club de los que aplauden la guasa hasta en lo sagrado, cuando está bien trabada, como aquí.
Gran parte de su mérito –el del autor- está en que escribe como se habla. Pero lo que a mí más me admira es que lo hace técnicamente bien, no le pillo una falta gramatical o de sintaxis, ni palabras repetidas. Nada chirría, nada sobra ni falta; el lector navega por la historia dulcemente. O tal vez sea porque ni me fijo, tal es el embaucamiento que me produce.
“Nos vemos en el cielo” tiene muchos puntos en común con “El tipo de las cuatro”: las dos saben a autobiografía, ambas nos cuentan dos historias paralelas: la del personaje escrito y la del escritor, haciendo unas carambolas entre uno y otro que al final cierran el círculo con una destreza nada fácil de conseguir, intuyo.
Luis Felipe dice que escribe de un tirón, que no relee, que no corrige: yo no me lo creo.
El “estilo libre” (*), está perfectamente conseguido pues el lector sabe hacer las pausas necesarias para no perder el hilo ni el aliento. También utilizó esta técnica en su otra novela. Repito: es que LF sabe escribir exactamente como se habla, con lo cual los personajes nos resultan muy familiares. Tal vez se pase un puntito de gamberro, llega a descarnado, brutal, me recuerda algo a Bukowsky, como me lo recuerda en lo autobiográfico. Pero un brindis por aquellos que cuentan lo que hay en su vida y alrededores sin aburrir ni un poquito.
Se me ocurre sin embargo que, tal vez, estas novelas no resistan el paso del tiempo justamente por su mayor mérito: por lo excesivamente coloquial temporal del lenguaje: así se habla aquí y ahora, en un determinado escalón socio-cultural. Ojalá me equivoque y, por el contrario, sus novelas pasen a la historia de la Literatura como pasaron otras, en calidad de “costumbristas”, representantes de una época. Aunque presiento que a LF le da lo mismo.
Que estas palabras contribuyan a animar a LF a seguir con su tercera novela, que ya tiene comenzada. Promesas de más risas; yo desde luego, me apunto.

(*) “Estilo libre”. Frases que se concatenan sin puntos ni comas. Desconozco su nombre técnico, rigurosamente literario. Lo descubrí en “Matando dinosaurios con un tirachinas”, novela ganadora del Premio Nadal 1996. Se agradecerán comentarios al respecto.

martes, 10 de junio de 2008

LA MANCHA DE UNA MORA. Relato corto.

Decidió que no se quedaría de brazos cruzados a llorar su dolor: buscaría otra. Y la encontraría. Vaya si la encontraría. Cincuenta años no son muchos para que un hombre rehaga su vida.
Había escuchado que últimamente hombres y mujeres contactan a través de Internet. Abrió su ordenador y tecleó: “búsqueda de pareja”. La pantalla le ofreció un sinfín de lugares donde navegar. Picó aquí y allá y finalmente se decidió por uno cuyo nombre le resultaba más familiar. Allí tuvo que rellenar una ficha exhaustiva con sus datos y dudó un momento si aportar también una foto, pero decidió que no, pues alguien podría reconocerle. No es que sintiera ninguna vergüenza, no, pero no tenía ganas de dar explicaciones en caso de que alguna persona conocida chocara con él por allí.
Así contactó con varias mujeres. Tímidamente al principio. Al cabo de tres años se movía ya con gran desenvoltura. Tuvo muchas aventuras de un día y surgió alguna amistad interesante pero efímera. Encontró un poco de todo: gente que no estaba en sus cabales, mujeres desesperadas con unas ansias terribles de recuperar un tiempo perdido; personas que prometían pero que desparecían por arte de magia, hembras que se vendían a sí mismas con verdadero arte y luego se comprobaba que mentían. Conoció a muchas, muchas mujeres, pero no lograba dar con alguien que realmente le llenara. Él era sereno por naturaleza y no tenía prisa, sabía que todo en la vida es cuestión de tesón, de modo que no desistía.
Un día recibió un escueto mensaje que decía:
- ¿Amigo de tus amigas?
Miró la ficha de la remitente y le picó la curiosidad, parecía una mujer con personalidad, nada corriente. Contestó. Ella le envió otro mensaje algo más largo al día siguiente. Comenzaron a cartearse vía electrónica. No se pidieron la foto, ¿para qué? Estaba bien así, conocerse sólo a través del alma. Y fue a través del alma como se enamoraron.
Por fin llegó el gran día en que se verían las caras. Habían quedado en un café. Ella llevaría una chaqueta roja que con su cabello rubio y corto la haría perfectamente reconocible. Él tendría bien visible, en la mano, un ejemplar del más popular diario local. ¡Qué nervios! Por fin iba a comenzar una vida nueva con su hembra ideal para siempre.
Cuando se acercó a la mujer de rojo, ella ya le había reconocido. Él se había puesto su mejor sonrisa antes de descubrir, horrorizado, que se trataba de quien había sido su esposa durante veinticuatro años.

domingo, 8 de junio de 2008

EL CARTERO, Charles Bukowski.

Algunas veces he hecho el siguiente experimento: cojo una novela escrita en Inglés y tengo a mano un ejemplar de la misma novela traducida al Español. En primer lugar, me permite consultar cuando no comprendo algo, esta es la razón obvia. Pero lo hago además por curiosidad: cuando leo algo que me parece difícil, miro cómo lo han traducido. El resultado es sorprendente: a menudo, simplemente no lo traducen… ¡se saltan la frase! Lo cual refuerza mi teoría de que es estupendo leer en versión original, si uno tiene suficientes conocimientos del idioma para entenderlo, claro.
Al final, suele suceder (no siempre) que acabo leyendo el libro en Español. Una es humana, mortal y vaga.
Así me ha sucedido con “Post Office” de Charles Bukowski. Ya en el título se ve la primera falsedad: el título del libro no es “El cartero” sino “Oficina de correos”, pero debe ser que en nuestro idioma resulta más comercial así.
Tenía ganas de leer a Bukowski en su propia lengua porque lo que había leído suyo hasta ahora tiene el atractivo de la frescura y naturalidad del lenguaje, de las expresiones. Escribe como se habla.
El cartero, sin duda muy autobiográfico, es un ser bastante deplorable, casi odioso: vago, alcohólico, machista, muy bruto, aunque en el fondo -por eso no llegamos a odiarlo del todo- un sentimental.
Su prosa se lee casi sin sentir. El agudísimo sentido del humor de todo lo que relata nos lleva a la sonrisa, pese al fondo trágico que subyace en la crónica del día a día.
Bukowski debió ser profundamente desgraciado, como tantos otros grandes artistas. Pero tuvo el valor

-también la suerte-, de convertir su dolor en literatura.
Toda una lección de resistencia y esperanza.

lunes, 12 de mayo de 2008

La dama de blanco, de WILKIE COLLINS.


Cayó en mis manos por pura casualidad: ejemplar editado cuya venta, por un precio simbólico, es inseparable de algún diario. Tanta casualidad como que no suelo comprar prensa, pero así sucedió no recuerdo cuándo ni dónde. Y andaba olvidado en la estantería hasta que me dio por ahí. Pensé: “imposible que yo me trague estos tomazos de más de trescientas páginas cada uno” y lo empecé con total escepticismo, ni siquiera había oído hablar del autor, Wilkie Collins, mi única referencia era que Jorge Luis Borges había dicho que era una buena novela, bien poco.
Pero he aquí que me atrapó, sí señor. Y es que como escribí ayer hablando de la película, donde hay oficio… ¡se ve beneficio! (no sé si me lo acabo de inventar o es algún “lugar común” parasitado en el disco duro de mi memoria). Está bien escrito y bien traducido, increíblemente atado y todo “bien atado”. Nada sobra y nada falta para el objetivo de la narración. Descripciones minuciosas de paisajes, me llamó la atención la desolación de un pueblo que se está haciendo, curioso, hacia la mitad del volumen II. Un sinfín de personajes bien retratados, consistentes, en un variado rango: principales (las hermanas, el dibujante, el Conde Fosco), segundo plano (el marido, la esposa, el tío e incluso la “dama de blanco” que da título a la novela), y hasta un tercer nivel de importancia de personas que aparecen en momentos puntuales y a veces, reaparecen.
No me avergüenza decir que me ha entretenido, y mucho. Me ha intrigado y me ha emocionado en ocasiones, no muchas, pues bien el tratamiento sobre conceptos como honor, pecado y hasta amor, no han resistido el paso del tiempo. Pero no importa, tiene el valor testimonial de la sociedad del hace dos siglos.
He leído después, que esta novela junto con la otra del mismo autor, “La piedra lunar” que no me pienso perder, son las primeras obras policíacas, género que tan bien han sabido explotar los ingleses.
En fin, que encantada de conocerte, Wilkie, nos volveremos a ver. No creas que es fácil embaucarme con novelones, no, tienes mucho mérito.
NOTA POSTERIOR del 18 de octubre. En septiembre de 2008, leí "La piedra lunar" su otra novela. Conseguí acabarla pese a sus casi seiscientas páginas en letra pequeña (gracias a las vacaciones) pero me resultó algo pesada y también algo ingénua: los "malos" nos caen mal y sentimos simpatía por "los buenos". Se me derrumbó un poco el autor, pero estuvo bien: lo descubrí y lo enterré en un periodo muy corto. Fue una sana aportación.

domingo, 11 de mayo de 2008

ELEGY. Donde hay oficio.

Esta es una historia de amor. ¿Una más?
Podría haber caído en lo tópico y sensiblero, pero no sé qué tiene, tiene un no sé qué, que atrapa. Plantea reflexiones interesantes sobre el enamoramiento, el amor, la juventud, la madurez, la amistad, la enfermedad y la muerte. Retrata a un tipo mujeriego que se resiste al compromiso (una especie muy común entre el género masculino), que no comprende lo que le pasa cuando, ya en su casi "tercera" edad, al fin, queda atrapado en las redes de una mujer muy joven.
Podría haber sido un folletín, una novela de sobremesa, pero esta bella historia es para disfrutar de sus imágenes, para reflexionar sobre lo efímero y lo permanente, sobre las personas auténticas y las triviales, sobre la vulnerabilidad del ser humano.
Podría haber sido un bodrio, pero es una hermosa película, muy bien hecha, con una bonita fotografía y una buena música, con dos actores que han sabido moverse con gran profesionalidad bajo la batuta de su directora, Isabel Coixet, que una vez más no nos decepciona.


lunes, 5 de mayo de 2008

Globalización








Coca Cola en Jordania y en Israel (Fotos de Daniel Blanco).
Coca Cola en España y Coca Cola promocionando los juegos olímpicos de Pekín 2008

domingo, 4 de mayo de 2008

Jerusalem



Cartel indicativo de la rehabilitación de los jardines de las murallas.

Para leer comentarios de la ciudad:

http://arquitecturayurbanismo.blogspot.com

Israel, pueblo maldito, pueblo elegido.


Que alegría cuando me dijeron:
“Vamos a la casa del Señor”.
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales Jerusalem.

Jerusalem está fundada
como ciudad bien compacta
allá suben las tribus
las tribus de Israel.



Es un salmo, imagino que del Antiguo Testamento. A mí me lo enseñó, siendo apenas una adolescente, la Madre García, una monja seria e iracunda a quien todas aborrecíamos. Sería allá por 1968, aunque apenas nos llegó el eco del mayo en París. Era una época ñoña y rancia en la que ni siquiera se podía decir abiertamente que estas monjas eran jesuitas ni mucho menos que España era una dictadura.
- Francia, república democrática. Inglaterra, monarquía parlamentaria. Holanda, monarquía constitucional. Alemania…
- ¿Y España qué es, Señorita? – interrumpimos con tanta curiosidad como inocencia.
La profesora de Geografía enmudeció y no supo qué contestar, o quiso callar.

miércoles, 23 de abril de 2008

PEDRALBES
































El día 13 de abril estuvimos en Barcelona con la Anna y el Joan.
En Catalán, como en Portugués, anteponer el artículo al nombre es muy corriente, gramaticalmente correcto y no suena mal. Como en Castellano (¿o Español?) no se habla de esta forma, nos resulta chocante al principio.
Aquí van las fotos de Pedralbes, un monasterio cedido a la municipalidad, bellísimo.

domingo, 20 de abril de 2008

"Quién de nosotros", de MARIO BENEDETTI.

FOTO: cartel publicitario en una calle de Damasco. Abril 2008.
"Quién de nosotros", de MARIO BENEDETTI.
Novela corta (o relato largo), historia de un triángulo.

Quiero empezar por reconocer que tengo este triple pensamiento maníaco:
- Cuando veo-leo-escucho algo que me considero capaz de hacer, pienso
"esto es muy fácil, luego no es bueno".
- Si algo que veo-leo me parece inimitable por mucho tiempo que yo le dedicara, pienso: "esto es genial".

- Si no entiendo lo que leo-veo-escucho, pienso: "esto es muy snob, no tiene ni pies ni cabeza".

Además de la escasa objetividad que existe en juzgar al Arte según este personalísimo baremo, supone, reconozco, un acto de supremo egocentrismo que dice poco a mi favor. Pero es así y reconocerlo en este blog ha supuesto para mí un alivio inmenso.

¿Y a cuento de qué viene ésto?: este pequeño libro de Benedetti me ha hecho sentir las tres cosas. En su primera parte ("Miguel"), dice cosas tan sugerentes como:


[... Hubo un tiempo en que me creí inteligente... pero llegó el momento... y me encontré con una incapacidad total para efectuar un balance, para inciar una contablidad...
... Hubo un tiempo, asímismo, en que me creí capaz de sufrir y disfrutar una de esas pasiones sobrecogedoras que justifican una existencia... Sólo mucho tiempo después me daba cuenta de que nada había existido, de que la pretendida pasión me desbordaba a priori...
... De modo que, perdida la esperanza de creerme inteligente o apasionado, me queda la menos presuntuosa de saberme sincero.]
...
[... Quería creer que la muerte se abría ante mí como la única puerta en un recinto axfisiante. No estar, así se resumía la esperanza.]

La segunda parte ("Alicia") de tan tan breve me sugiere que el autor no sabía ponerse a hablar en boca de una mujer (?), que se encontraba perdido. Flojo.

La tercera ("Lucas") me ha costado, redios. No entiendo el juego entre lo que es y lo que se imagina, se confunden y funden los personajes "reales" y los literarios.

En resumen: en "Miguel", Benedetti está a la altura casi de sus poemas de amor "... y también viceversa" (los políticos se me hacen áridos) y de "El niño Julius". En "Alicia" le veo alcanzable, mediocre, y en "Lucas" pedante. Pero admito que, como otras tantas veces, tal vez es que aún no he alcanzado el grado de madurez literaria necesario para saborearlo.