lunes, 12 de mayo de 2008

La dama de blanco, de WILKIE COLLINS.


Cayó en mis manos por pura casualidad: ejemplar editado cuya venta, por un precio simbólico, es inseparable de algún diario. Tanta casualidad como que no suelo comprar prensa, pero así sucedió no recuerdo cuándo ni dónde. Y andaba olvidado en la estantería hasta que me dio por ahí. Pensé: “imposible que yo me trague estos tomazos de más de trescientas páginas cada uno” y lo empecé con total escepticismo, ni siquiera había oído hablar del autor, Wilkie Collins, mi única referencia era que Jorge Luis Borges había dicho que era una buena novela, bien poco.
Pero he aquí que me atrapó, sí señor. Y es que como escribí ayer hablando de la película, donde hay oficio… ¡se ve beneficio! (no sé si me lo acabo de inventar o es algún “lugar común” parasitado en el disco duro de mi memoria). Está bien escrito y bien traducido, increíblemente atado y todo “bien atado”. Nada sobra y nada falta para el objetivo de la narración. Descripciones minuciosas de paisajes, me llamó la atención la desolación de un pueblo que se está haciendo, curioso, hacia la mitad del volumen II. Un sinfín de personajes bien retratados, consistentes, en un variado rango: principales (las hermanas, el dibujante, el Conde Fosco), segundo plano (el marido, la esposa, el tío e incluso la “dama de blanco” que da título a la novela), y hasta un tercer nivel de importancia de personas que aparecen en momentos puntuales y a veces, reaparecen.
No me avergüenza decir que me ha entretenido, y mucho. Me ha intrigado y me ha emocionado en ocasiones, no muchas, pues bien el tratamiento sobre conceptos como honor, pecado y hasta amor, no han resistido el paso del tiempo. Pero no importa, tiene el valor testimonial de la sociedad del hace dos siglos.
He leído después, que esta novela junto con la otra del mismo autor, “La piedra lunar” que no me pienso perder, son las primeras obras policíacas, género que tan bien han sabido explotar los ingleses.
En fin, que encantada de conocerte, Wilkie, nos volveremos a ver. No creas que es fácil embaucarme con novelones, no, tienes mucho mérito.
NOTA POSTERIOR del 18 de octubre. En septiembre de 2008, leí "La piedra lunar" su otra novela. Conseguí acabarla pese a sus casi seiscientas páginas en letra pequeña (gracias a las vacaciones) pero me resultó algo pesada y también algo ingénua: los "malos" nos caen mal y sentimos simpatía por "los buenos". Se me derrumbó un poco el autor, pero estuvo bien: lo descubrí y lo enterré en un periodo muy corto. Fue una sana aportación.

domingo, 11 de mayo de 2008

ELEGY. Donde hay oficio.

Esta es una historia de amor. ¿Una más?
Podría haber caído en lo tópico y sensiblero, pero no sé qué tiene, tiene un no sé qué, que atrapa. Plantea reflexiones interesantes sobre el enamoramiento, el amor, la juventud, la madurez, la amistad, la enfermedad y la muerte. Retrata a un tipo mujeriego que se resiste al compromiso (una especie muy común entre el género masculino), que no comprende lo que le pasa cuando, ya en su casi "tercera" edad, al fin, queda atrapado en las redes de una mujer muy joven.
Podría haber sido un folletín, una novela de sobremesa, pero esta bella historia es para disfrutar de sus imágenes, para reflexionar sobre lo efímero y lo permanente, sobre las personas auténticas y las triviales, sobre la vulnerabilidad del ser humano.
Podría haber sido un bodrio, pero es una hermosa película, muy bien hecha, con una bonita fotografía y una buena música, con dos actores que han sabido moverse con gran profesionalidad bajo la batuta de su directora, Isabel Coixet, que una vez más no nos decepciona.


lunes, 5 de mayo de 2008

Globalización








Coca Cola en Jordania y en Israel (Fotos de Daniel Blanco).
Coca Cola en España y Coca Cola promocionando los juegos olímpicos de Pekín 2008

domingo, 4 de mayo de 2008

Jerusalem



Cartel indicativo de la rehabilitación de los jardines de las murallas.

Para leer comentarios de la ciudad:

http://arquitecturayurbanismo.blogspot.com

Israel, pueblo maldito, pueblo elegido.


Que alegría cuando me dijeron:
“Vamos a la casa del Señor”.
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales Jerusalem.

Jerusalem está fundada
como ciudad bien compacta
allá suben las tribus
las tribus de Israel.



Es un salmo, imagino que del Antiguo Testamento. A mí me lo enseñó, siendo apenas una adolescente, la Madre García, una monja seria e iracunda a quien todas aborrecíamos. Sería allá por 1968, aunque apenas nos llegó el eco del mayo en París. Era una época ñoña y rancia en la que ni siquiera se podía decir abiertamente que estas monjas eran jesuitas ni mucho menos que España era una dictadura.
- Francia, república democrática. Inglaterra, monarquía parlamentaria. Holanda, monarquía constitucional. Alemania…
- ¿Y España qué es, Señorita? – interrumpimos con tanta curiosidad como inocencia.
La profesora de Geografía enmudeció y no supo qué contestar, o quiso callar.