La luz de la mañana se empieza a colar por las rendijas de la persiana. Encima de la cama un cuerpo tumbado hacia abajo: está desnudo y solo, completamente solo.
Se asoma por la puerta entreabierta y ve la silueta tendida. Observa. Permanece en silencio mirando. Hace quince años amó tanto… sólo recordarlo resquebraja el alma.
Poco a poco empiezan los ruidos del amanecer: despertadores, las primeras toses, el silbido de una cafetera… El patio suena a cotidiano. Un nuevo día se presenta, idéntico al anterior y al siguiente.
La risas de los niños les devuelven la fuerza necesaria para enfrentarse al desayuno y la rutina. Ella volverá al Hospital a seguir de cerca el lento languidecer de su madre. Él llevará a los niños al colegio antes de empezar su tediosa jornada en la oficina.
Ella arrastrará la soledad que cuelga de su cintura; él la llevará abrazada a su regazo y sin apenas notarla.
Un día se habían rendido sin gritos ni aspavientos, silenciosamente.
Hace quince años se amaron tanto… sólo recordarlo resquebraja el alma.
Se asoma por la puerta entreabierta y ve la silueta tendida. Observa. Permanece en silencio mirando. Hace quince años amó tanto… sólo recordarlo resquebraja el alma.
Poco a poco empiezan los ruidos del amanecer: despertadores, las primeras toses, el silbido de una cafetera… El patio suena a cotidiano. Un nuevo día se presenta, idéntico al anterior y al siguiente.
La risas de los niños les devuelven la fuerza necesaria para enfrentarse al desayuno y la rutina. Ella volverá al Hospital a seguir de cerca el lento languidecer de su madre. Él llevará a los niños al colegio antes de empezar su tediosa jornada en la oficina.
Ella arrastrará la soledad que cuelga de su cintura; él la llevará abrazada a su regazo y sin apenas notarla.
Un día se habían rendido sin gritos ni aspavientos, silenciosamente.
Hace quince años se amaron tanto… sólo recordarlo resquebraja el alma.