domingo, 11 de mayo de 2008

ELEGY. Donde hay oficio.

Esta es una historia de amor. ¿Una más?
Podría haber caído en lo tópico y sensiblero, pero no sé qué tiene, tiene un no sé qué, que atrapa. Plantea reflexiones interesantes sobre el enamoramiento, el amor, la juventud, la madurez, la amistad, la enfermedad y la muerte. Retrata a un tipo mujeriego que se resiste al compromiso (una especie muy común entre el género masculino), que no comprende lo que le pasa cuando, ya en su casi "tercera" edad, al fin, queda atrapado en las redes de una mujer muy joven.
Podría haber sido un folletín, una novela de sobremesa, pero esta bella historia es para disfrutar de sus imágenes, para reflexionar sobre lo efímero y lo permanente, sobre las personas auténticas y las triviales, sobre la vulnerabilidad del ser humano.
Podría haber sido un bodrio, pero es una hermosa película, muy bien hecha, con una bonita fotografía y una buena música, con dos actores que han sabido moverse con gran profesionalidad bajo la batuta de su directora, Isabel Coixet, que una vez más no nos decepciona.


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