sábado, 11 de julio de 2009

Regalo para Arturo




Una mesa grande y mucha gente que solo se conoce de leídas. Eso ya es, tal vez, conocerse mucho…
Un micro-cosmos en una terraza de verano.
Miradas de soslayo. Miradas francas y directas.
Ojos verdes son traidores… eso cantaba María Ostiz, ¿recuerdas?... ¿seguro? dijo alguien, depende, que por aquí hay varios pares… varios pares de verdes y muchos pares de negros y acastañados que son, morena, firmes y verdadeiros… Y unos cuantos azules: esos son mentireiros, aunque no lo parece, no, no, los ojos azules de nuestra mesa son bondadosos… ¿lo ves? los verdes tampoco son traidores, ¿qué son los verdes?
Una comida a carcajadas.
Una niña tímida y sonriente llega de la capital.
Un abanico que viene y va.
Una caricia furtiva… quien sabe de quien a quien o tal vez lo soñaste, niña, morena, salada… los quienes sin acentos porque sí.
Unas velas escondidas, un poeta que se acerca, otro que está a mi lado, estamos rodeados de poetas por todas partes menos por una: península de poetas.
Me retiré con un poeta y su señora. Nos íbamos ya. La luna asomaba detrás de la cortina de nubes y lo dije, lo dije, recordad, siempre me fijo en la luna, lo dije: hoy es casi luna llena.

Podría decir que esto es un texto lírico, prosa poética, o macarrones con tomate, pero solo diré que es un regalo para Arturo, que es para lo que nació esta cosa, para Arturo, porque hace justo una semana, el día 4 de julio, cumplió 51 años y se hizo tan mayor como yo. Le pilló cenando en El Castañar, con todos los bloggeros de Béjar y afines. Le pusimos una vela y la sopló. Prometí regalarle un texto dedicado. Y me propuse no escribir una gansada esta vez: para ver si me toman algo en serio o porque el día amaneció gris y con sueño.
Larga vida a Arturo.

NOTA: Arturo es el hombre de Marina, pintor de eternidades.

2 comentarios:

Marina dijo...

Arturo duerm, querida, y yo no le pienso contar nada de esto hasta que mañana por la tarde le abra tu blog, así, como al descuido, y vea su regalo... que te diga él mismo y sin intermediarias lo que quiera.

Yo, por mi parte misma y sin aditamentos, te digo que el regalo fue conocerte (un poco más) sonreirte (un poco mejor) y compartir tiempo,mesa y mantel.... lo de las risas, no fue un comprtir, fue directamente... un descojono (¡uy, perdón! no no no ni perdón ni na que para so soy la "Pelirroja deslenguada")
Kisses de Hada.

Anónimo dijo...

¡Pues que maja la Adu, Marina! jejeje. Es un buen regalo, un estupendo regalo, lo pintaré de colores y lo colgaré en mi caballete para que todo el mundo pueda verlo.

Un beso morenaza resalá (¡Qué bien lo pasamos...sobre todo en la comida!)

Por cierto, ¿No sería yo el enlace que hacía de la isla una península?

Otro beso preciosa (con el permido del Hada, claro)

GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS Y MÁS.

Arturo, ese pintor de eternidades... o de lo que sea.