lunes, 8 de junio de 2009

Relato para 42,5.

(Soy una mujer de palabra).

http://manuelcasadiego.blogspot.com/2009/06/el-beso-dificil.html

6 comentarios:

cuarentaydosymedio dijo...

Pues bien Adu, gracias por contarnos tu historia con los besos y los nudos. La mía tiene algunos puntos en común con lo que narras. Como ya te había contado llevaba intentando darme besos a mi sismo una larga temporada. Has captado el concepto. Yo no. Eso es lo que me dijo un erudito poeta que a veces es creativo y otras artista. El muy listo me dijo:
-No has captado el concepto.
Y me dejó así, de esa forma que seguro que conoces, como boquiabierto (eso en fino), vamos, con cara de gilipollas (eso más claro), y con el nudo hecho y sin poder moverme. A tan solemne interpretación de mi fatigoso estado le pregunté:
-¿Qué coño de concepto? Si yo solo quiero quererme mucho y besarme apasionadamente.
Y el listo me soltó aquello de:
- El concepto de amor propio, el concepto de que es necesario que te ames para amar a los demás, el concepto de que eres la persona más importante para ti.
Y en ese momento no solo estaba anudado, sino también jodido. Y ya no solo me dolía la espalda y el cuello, en ese momento empezó a dolerme el alma, que hasta entonces ni la había sentido, descomponiéndose cuarenta y dos y medio en varias docenas como tu sabes. Yo no me preocupaba de mi alma y ella pasaba de mí. Pero el listo hizo que me doliera y reclamara consuelo. Entonces fue cuando dijo:
-Yo te enseñaré a aliviar tu dolor de alma, ser un artista como yo y a dejar de ser prosaico para ser poeta.
Pero entonces dejé de ser creativo. Porque hasta ese momento yo era muy creativo con mis nudos y mis intentos de besarme, tan creativo que creaba nuevos nudos que nadie era capaz de crear. Pero el poeta sanador de almas me dijo entonces:
No, tu creatividad no es válida, tus nudos solo tuyos no me sirven. Tienes que crear como dictan los cánones, como creo yo.
Y se convirtió en una cuestión de creencia. Y ante las creencias ya sabes que los que más creen buscan la ortodoxia. Y a punto estuve de convertirme a la ortodoxia creativa, que no curativa.
Menos mal que mis nudos, como solo eran míos, eran difíciles de deshacer. Así que decidí ser heterodoxo, dejar de pensar en curarme de mis nuevas dolencias, olvidarme de curar mi alma por curanderos de almas y dejar de sentir docenas para volver a ser un cuarenta y dos y medio.
De repente me encontré bién con mis nudos. Y mi alma, como por arte de magia, comenzó a besarme. Yo sentía sus apasionados besos siendo mis propios besos, dándome cuenta de lo mucho que me quería con amor incondicional.
Gracias y de nuevo mil gracias Mágica Hada Adu que lanzas hechizos de alegría y risas por doquier con tus mágicos movimientos de manos, sea en prosa o en verso, que siendo bello tanto da que da lo mismo. Vamos, así lo veo yo.
Besos y abrazos

Adu dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Adu dijo...

Ja ja ja... eres muy gracioso y ocurrente, cuatro decenas y un cuarto.
Creo que capto. Gracias.
Gracias a ti, que apareciste un día para inspirarme esta chorrada y más cosas. Esto puede ser el comienzo de una gran amistad, Humphrey!
Ya no digo lo de BB, me cortaste.
¡Ay!
Besas noches.

Marina dijo...

Mi querida Genoveva y mi querido Beltrán. La ella tumbada en un sofá negro, negra también su indumentaria, negro su pelo, ¿sus zapatos negros? no recuerdo, sólo sé que llovía y Genoveva me miraba mal. ¿Quién eres tú lagartija roja que me molestas en mi intimidad? Desamparo y desconsuelo; pelo rizado, sonrisa helada y helado el corazón…
¡Cachis con la diva, que no me reconoció!, todo el amor inmenso, que yo me tengo, por los suelos, menos mal que eran de madera y eso amortiguó el golpe. El Gran Oso Cavernario soltó el improperio rugiendo . ¡Pero si es la “ yo misma”! ¡Ahhhhh! Exclamó la ella: Muaka, Muaka (sólo dos muakas, no os vayáis a creer que me dio más, nononononono, que los guarda para sus nudos la muy ladina)
Tumba y levanta, levanta y tumba, charla, charlita, sonrisa de un lado a otro, Mis paseos son sus descansos y mis paradas su desazón. ¡Ay mi niña que guapa que eres! ¿Quién yo? Si hija tú.

Con Beltran. El ÉL (ya sé que suena fatal, lo sé) abrigao, resudao, exudao (creo) botas de las de dar patadas en el culo, guantes de los de “no me digas na que te arreo”, gorro, pues no recuerdo si llevaba gorro… ¡Ah no, que se lo había dejao mojado en un papel! En un enganche instantáneo, sin darme tiempo a pensar, estaba dentro de un amor incondicional, mojaito y pegajoso, pero ummmmmmmmmmmmm que calentita y arropá por cuatro o cinco docenas (es que no iba solo) Dos abrazos, cuatro besos y miles de palabras sueltas, juntas, lejos, cerca, sentados en un banco, a tres, lleno de papel con nombres de unos europeos que no se pueden leer (bueno, si sabes chino sí).

Beltrán y Genoveva, Genoveva y Beltrán. Y entre medias todos los demás.

Besitos anudados por todas partes….. menos en el cuello, que si se aprietan demasiao, me han dicho que nos cambia el color.

Adu dijo...

Ay locatis, que he tardado en pillarlo y es que, a menudo, soy lenta de reflejos, pero ya... (los zapatos no eran negros).
A ver si te pinta tu Arturo una nana y duermes veinticinco horas seguidas, pelirroja salada...
Gracias por venir, por decir y también, por callar.
Besos días.
Genoveva.

Marina dijo...

Me dueleeeeeeeeeeeeeeeeeeeee el estomagooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo y me voy a la cama.
Oye, Genoveva, de donde sacas tú que soy pelirroja.... igual me tiño pa darte la razón.
Joder cómo me duele, eso que me voy a la cama a ver si acostada en posición fetal se va pasando.
Ah, que un beso, blanco, claro y de noche, porsupuesto.... y otro pal Beltrán que le quiero mucho y apretao.