jueves, 25 de junio de 2009

Amor y madurez.

Hace tiempo desgastaba mi energía en amores del tipo hoy te quiero, mañana te odiaré. Ahora ya no: me agota. Demasiado tiempo de guerra he tenido a lo largo de mi vida, ahora quiero y necesito paz. No creo que esos altibajos beneficien nada a la salud física ni mental. Flipo bastante cuando veo a los jóvenes de la familia sumergirse en ese tipo de relaciones destructivas.
La madurez me ha regalado la capacidad de imponer la razón sobre la emoción cuando comprendo que el sentimiento me hace daño. He pagado un alto precio por ello, debo reconocerlo, pero lo tengo, ya es mío: sé que llega un momento en que hay que distanciarse.
He comprendido, hace bien poco, la diferencia entre el
te quiero porque te necesito” o
te necesito porque te quiero”.
Ya no necesito a nadie. YA NO.
Ya no amo a nadie por necesidad. Me apetece su cercanía por amor, pero puedo pasarme sin. ¡Qué liberación: querer a la gente porque lo sientes dentro, porque sí y ya está! Esa diferencia, ese matiz que he tardado tanto en entender y más en sentir, está íntimamente relacionado con la independencia. Solo si somos autónomos y libres, estamos preparados para amar de esa forma serena y honesta que admite que estés o no, que acepta pero no exige, y que es más satisfactoria, mucho más, sin duda alguna: compartir unos minutos, unas horas, unos días… lo que se pueda… Saber que lo compartido es fantástico, pero que la presencia o ausencia de las personas a las que quieres no te desviará de la ruta que te has trazado… que tal vez mañana yo ya no esté, pero cada uno estará para mí en los campos sembrados de espigas cada vez que las vea ondear por el viento (*)…
Nada ni nadie me apartará del camino que me he marcado. Estupendo si alguien me acompaña en algún tramo, más árido si voy sola, pero lo caminaré en todo caso.
Alcanzar esta independencia es arduo: es la conquista de la libertad (frase prestada de María V). Yo tengo la suerte de tener buenos consejeros y amigos (consejeris y amiguis) con quienes comparto experiencias, aprendemos unis de otris y encima nos reímos, ¿se puede pedir más?

(*) Cita de memoria, por tanto no literal de “El Principito”.


A mi colega María V. y a Jesús C. con quienes he debatido tanto sobre amistad, amor, la vida y la muerte.

7 comentarios:

Dnc dijo...

Ya, pero es que hay tantas clases de "quereles" que a veces una se hace un lío...- aunque, quizá si yo también me marcase un caminito... nono, quita-quita, que después no lo sigo y me siento peor...!!!!-
Bueno, pues eso, que noragüena hija, solo espero que no se te cruce un Richard Gere y te joa el invento! jijiji
Un besito

Isabel Huete dijo...

Yo ya me he olvidado de eso de los quereres apasionados que te llevan al "desvarío" (me encanta esa palabrota), ¡por suerte! Aunque reconozco que la vida es tan hijoputa que cualquier día me pincha el globi.
Opino como tú. La libertad tiene un precio, alto sin duda, pero yo me dejo arruinar gustosa. Ya no puedo permitirme que los amores insanos me paralicen, ni quiero, y cuando digo insanos me refiero a esos que te roban hasta la respiración. Mi identidad está ya muy forjada y difícil será que nadie me la inutilice, o la malutilice.
Amar porque sí es muy gratificante.
Besis, guapi.

mojadopapel dijo...

Hemos aprendido a crear el caparazón que nos permite subsistir y defendernos, pero ese grosor protector nos insensibiliza a las caricias en la piel...yo que sé.

Marina dijo...

Pues eso Adulina querida, que tú seguramente seas de las que se sentan delante del mar y ves, sientes y disfrutas de su retirada, viendo como salen las piedras poco a poco, haciéndole un guiño al mar para que sepa que cuando vuelva mañana, quizá, pero sólo quizá y porque ambos querais, estarás esperando a que cubra de nuevo las rocas.

Un beso cielo mio.

Volveré mañana, hoy ya he tenido suficientes sobresaltos.

Adu dijo...

A todas (curioso, aún no ha hecho su aparición el sexo masculino):
- Hay muchas formas de querer, es bueno estar abierto a ellas.
- Ni aunque venga Richard Gere abandono yo a mi Libertad (por cierto, tuve un algo con alguien que se le parecía mucho).
- El mar me dice cosas, y yo a él, es fantástico.
- Nos defendemos de los palos de la vida como podemos. Yo solo sé que desde que sé lo que quiero soy mucho más feliz (mejor dicho, menos desgraciada: a otro palo, sabría por dónde empezar.)
- Y no, no nos insensibiliza de las caricias, en absoluto, yo diría que incluso al contrario.
- Y que lo que yo digo no va a Misa ni nada por el estilo, ¿eh? Cada cual se compone su vida como puede.
Y que Besos días de hermosa y floreciente madrugada a todis.

cuarentaydosymedio dijo...

Llego tarde, pero esta entrada merece un extenso comentario… que hoy no sé si estoy en disposición de hacer. Pero no me resiste a comentarte que el verdadero amor es querer lo mejor para la persona amada. Y si eso significa que lo mejor para ella es que yo no esté a su lado, pues que sea así, aunque puede dolerme, sin duda dolerá, pero me alegraré de que sea feliz. En otras palabras, la idea es que si está conmigo es porque quiera estar conmigo, no porque “la necesito” o “me necesita”. Según lo veo yo, el auténtico amor está enfocado hacia el camino de la “dependencia de uno mismo” (que no es exactamente independencia, no hay nadie realmente independiente), en ningún caso está enfocado hacia la dependencia hacia los demás.
Auque claro, como explica el zorro a El Principito, las relaciones personales crean vínculos (él dice “demoesticado”) y eso hace que las separaciones sean dolorosas. Pero también dice que “lo esencial es invisible a los ojos, no se ve bien sino con el corazón”. Y de eso podremos hablar largo y tendido. No se trata, según lo veo yo, de “imponer la razón sobre la emoción”, sino de comportarse razonablemente con las emociones y emocionalmente razonable, no dejándose llevar por lo visceral, ni por lo cerebrar, desde el punto de equilibrio, metafóricamente desde el corazón (que nada tiene que ver con lo que dicen ciertas revistas del hígado que es el corazón).
Besos

Marina dijo...

“lo esencial es invisible a los ojos, no se ve bien sino con el corazón”.
Por una vez y en tono serio (¡¡pero por una vez eh!!)
Suscribo y escribo, recibo y me lo quedo aunque tb lo comparto.
Mil besos para todos y mil uno para el sexo masculino... (ya estais pensando con la neurona subyacente.... ¡¡¡ay ,y, ay !!!!
si es que no me dejais ser seria joer