domingo, 22 de marzo de 2009

El séptimo cielo.

Comienzo con las palabras textuales de su director, Andreas Dresen (Gera, Alemania 1963):
Bastante interesante es que, en ciertas etapas de la relación, las palabras no son necesarias. Si has estado casado durante treinta años, puedes expresarlo casi todo de manera no-verbal y, cuando el amor es todavía muy joven, tampoco necesita muchas palabras. En la primera media hora del filme, solo hay una página de diálogo. Más tarde, cuando el conflicto surge, las palabras empiezan a aparecer pero, desgraciadamente, tampoco ayudan a clarificar o dar soporte a la situación; muy al contrario, provocan más daño.
Este tipo de películas suelen durar poco tiempo en cartel, de modo que atraída por la sinopsis me sumergí en ella. Apenas diálogos, apenas exteriores, hogares de clase media centroeuropeos, personajes también centroeuropeos: ella sin aderezo alguno. A los diez minutos ya estaba pensando: "qué aburrida" cuando me di cuenta de que no había música, "claro, le falta la música, es éso", me dije. El silencio es bello cuando tiene que ser silencio (estoy recordando ahora "El silencio de Bach", hermosa película, muy plástica, que se quedó sin reseña en este blog).
Con más o menos el mismo argumento -historias de amor en edad ya muy madura- vi una película sueca hace pocos años que me gustó mucho, una violinista que se enamora del director de su orquesta (*), pero tenía mucha más enjundia y más bonita fotografía. Planteaba además el pequeño gran drama que es emparejarse en edad avanzada pues a ella le toca soportar, tras unos pocos años de mariposas, el Alzehimer de él.
Pensaba que iba a ser algo así. Esta una historia de amor, sí, pero le sacan poco partido, porque los personajes son poco expresivos, no digamos ya los decorados.
Recuerdo una conversación con JJJ en la que me contaba la cantidad de separaciones matrimoniales que están surgiendo a raíz de la jubilación. Después de treinta, cuarenta años, de vivir cada uno su vida, la pareja se encuentra cara a cara y resulta que no se aguantan. En fin, no es el caso, pero lo lanzo aquí para su reflexión.
Recuerdo también las palabras de N, la madre de una buena amiga: “para aguantar el declive de una persona tienes que haberle querido mucho y durante mucho tiempo”.
Tengo a una persona cercana que tuvo un pretendiente a sus casi setenta años y le daba mucha vergüenza contárselo a sus hijos, qué gracia.
Yo creo que la atracción puede existir siempre, pero pretender tener el mismo vigor sexual a los setenta, como que no cuela.
Me pasa con el amor como con la religión, que tengo poca fe pero me interesa su parte teórica. Me refiero al amor entre dos, excluyente, que empieza con mariposas. He bailado con tantas mariposas que puedo afirmar que es hormona pura: mentiras dulces fabricadas por dictado de nuestras glándulas.
Vaya, cómo me he enrollado esta vez, camino seguro para que no te lean.

(*) Si alguien me puede ayudar a recordar el título, algo... lo agradeceré mucho.
ENTRADAS: 2.080.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

A ver si soy capaz de ayudarte... (ya que te preocupas por mí, cacho PRECIOSA!) pera, eh?!, que me sumerjo en google y te busco el título...
(ahora vuelvo)

Anónimo dijo...

A VER SI ES:

Pelicula:
UNA CANCION PARA MARTIN (En säng for Martin, 2001)

Suecia / 118´
Créditos:
Dirección:
Bille August
Protagonistas:
Sven Wollter, Viveka Seldahl, Reine Brynolfsson, Linda Källgren, Lisa Werlinder, Peter Engman, Klas Dahlstedt.

Sinopsis:
Un famoso director de orquesta, víctima de la enfermedad de Alzheimer, ve como va borrándose toda una vida de estudios y conocimientos musicales. Su único consuelo es un romance otoñal con una violinista infelizmente casada, que trata de ayudarlo.

Comentario:
El director de "Pelle, el Conquistador" (por la que ganase el Oscar Mejor Film Extranjero) dirigió en 2001 este drama en coproducción con Dinamarca y Alemania que obtuvo excelentes críticas en su momento. El guión es del propio August.

____

(El sábado voy a ver a Isabelita Huete, y tú?)

Isabel Huete dijo...

No te puedo ayudar porque no sólo se me olvidan los nombres de las pelis, y de las novelas, y de las canciones, y..., sino también de su argumento. Tiene de bueno que cuando las vuelvo a ver es como si fueran de estreno :))

Está claro que no iré a ver esa peli...

Estuve viendo Gran Torino y a pesar de las buenas críticas a mí no me acabó de convencer... Creo que C. Eastwood tiene otras bastante mejores.
Besos, aunque no vengas a mi presentación... :))

Adu dijo...

Siiiiiiiiiiiiii, era ésa, mi Donciperrata... Qué buena fue (la peli y la Dnc). No, no te veré, pero como si os viera porque estaré rezando ;-)
Isaway: ya te dije.
A ver, mi cabeza es peor que la vuestra, salvo para lo que realmente me ha impactado... ¡O yo que sé la selección que hace mi disco duro!
BBN.

ROSA ALIAGA dijo...

He bailado con tantas mariposas que puedo afirmar que es hormona pura: mentiras dulces fabricadas por dictado de nuestras glándulas.

Me ha encantado esta frase...pero que bien cuando se baila, aunque sepas que es igual de ficción que una película.
Muchas gracias siempre por tus amables palabras Adu, será un honor y una alegría que me cites.
Todos los besos