jueves, 27 de noviembre de 2008

BODAS DE ESTAÑO. Micro-relato.


La luz de la mañana se empieza a colar por las rendijas de la persiana. Encima de la cama un cuerpo tumbado hacia abajo: está desnudo y solo, completamente solo.
Se asoma por la puerta entreabierta y ve la silueta tendida. Observa. Permanece en silencio mirando. Hace quince años amó tanto… sólo recordarlo resquebraja el alma.
Poco a poco empiezan los ruidos del amanecer: despertadores, las primeras toses, el silbido de una cafetera… El patio suena a cotidiano. Un nuevo día se presenta, idéntico al anterior y al siguiente.
La risas de los niños les devuelven la fuerza necesaria para enfrentarse al desayuno y la rutina. Ella volverá al Hospital a seguir de cerca el lento languidecer de su madre. Él llevará a los niños al colegio antes de empezar su tediosa jornada en la oficina.
Ella arrastrará la soledad que cuelga de su cintura; él la llevará abrazada a su regazo y sin apenas notarla.

Un día se habían rendido sin gritos ni aspavientos, silenciosamente.
Hace quince años se amaron tanto… sólo recordarlo resquebraja el alma.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Uffffffffffffffffff, pero qué bonitooooo.
Ufffffffffffffff
Me encantó!!
(voy a leerlo otra vez)
Muaccc

Anónimo dijo...

jo, es tan triste
y tann real...
Precioso, Adu. Enhorabuena.
(La foto también es buenísima)

Adu dijo...

Gracias Donce, eres la número uno de mi club de fans (tal vez la única ;-)
¿Triste? Mmmm... la vida misma, ¿no?
Lo empecé hace tiempo y después lo retoqué con la foto en blanco y negro como Musa. He tenido que quitar esa foto porque el autor temía que se la robasen. No me extraña, mi blog recibe tantas visitas que entre ellas, seguro que habrá algún ladrón de fotos. La he sustituido por esta que es de un velatorio cerca del Berlín.
Te haré una visita, campeona.