
Empezaré por lo bueno: el triple momento en la vida del protagonista, que hace un contínuo flashback sin perder el hilo de la narración. La pregunta final del concurso que es como un guiño, de los que sí hace la vida en ocasiones. Y poco más.
A medida que avanzaba me extrañaba el tenebrismo de la fotografía y lo mucho que se parecía a las de la factoría Hollywood de los últimos tiempos: por los tópicos, por los sustos que nos pega la música y el guión, por lo simplista a veces y porque, en fin, una cree en el azar, en la suerte, el los hados, en el tentum fatum pero tanto tanto como para aceptar que se puedan averiguar todas las preguntas de un concurso por hechos fortuitos, pues no. Enumeraré los tópicos madeinusa:
- Los buenos son buenísimos y los malos, malísimos.
- El peor malo, el ganster del barrio, es musulmán.
- El amor lo puede todo, incluso encontrar a la chica de tus sueños en una ciudad de dieciocho millones de personas y reconocerla después de diez años sin verla, adolescencia por medio incluida. Puede tanto el amor verdadero que incluso conmueve al malo y cierra la película con final feliz.
Y claro, luego ya deduje. Aunque el director, Danny Boyle, es británico, el grueso de la producción recayó en los medios locales: en la poderosa industria india de cine, a la que llaman Bollywood. Sobran mayores comentarios.
Acabo con la transcripción de unas palabras del Sr. Boyle:
http://www.cinesvandyck.com/Pelicula.aspx?Id=a28315e7-f537-4f85-974c-7c06dc2cc0a3
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