… y esdrújulo.
Era cerca de los felices 90 cuando aterricé en esta comunidad. Me labré una buena fama, podría decir que con esfuerzo y tesón, pero no lo diré porque sé que fue puro azar. Además la fama, buena o mala, me traía al pairo. Entonces no sabía que era tan importante para trabajar.
Allá por el año 1992 empecé a colaborar escribiendo en suplementos de algunos diarios o simplemente, enviando artículos de opinión a la prensa local. Firmaba con las iniciales de mi hijo. Hasta que un día mi madre me dijo:
- Hija mía ¿porqué utilizas pseudónimo con lo bien que escribes?
La hice caso y la cagué. Para qué existiremos las madres.
Estuvieron meses o años tratando de situarme. En provincias tragan con que seas de derechas, de izquierdas y hasta de centro; lo que no perdonan es que no te definas. Tener criterio propio es sospechoso.
Siempre he tenido muy a gala mi independencia, de las pocas cosas que puedo estar orgullosa, pero eso en una ciudad pequeña no lo asumen: o estas conmigo o contra mí. Así de drástico. Dio la casualidad de que tenía algunas amistades combativas, a las que me unían lazos de afecto mucho más que ideológicos. Hasta que llegó un día en que, por una cuestión muy local y sin mucha trascendencia pero polémica, que tenía a la ciudad divida en dos –los del “SI” y los del “NO”-, opiné, y me situé -el azar otra vez- al otro lado del poder. Al fin, consiguieron colgarme una etiqueta: respiraron tranquilos. Unos empezaron a pedirme adhesiones en asuntos que no me sentía involucrada. Otros me miraban por el rabillo del ojo sin saludarme.
Cosas de una ciudad provinciana, cateta y rancia. Supongo que las hay por todas partes.
La ausencia por varios años de estas tierras no sirvió para despegarme la etiqueta, si acaso sólo para difuminar mi imagen.
Por eso ahora asumo cierta cautela que a veces quiebro: no soy perfecta. Prefiero el anonimato. Por si un día me da por opinar.
EL CÁRABO
Hace 3 días
1 comentario:
Eso le "pasó" al tal pseudónimo por "situarse al azar", si hubiese sido una opinión firme y segura (oño, suena a Evax), entonces el juicio de los demás se la habría traido al pairo!!
A mí me gustan los pseudónimos, pero sólo es por comodidad y cobardía: miedo a los lobos -desconocidos- de este bosque virtual.
Un besito Adulinda.
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