Una pena no verla/escucharla en Japonés, la lengua forma parte del sonido de un país (me encantó ver “Sorgo Rojo” en V.O.)
Se me hizo corta, a pesar de ser lenta, muy lenta; debe ser por el buen hacer del equipo Coixet.
Es una película que despierta las ganas de conocer Japón. Sonidos, luces, edificios y edificios, autopistas y autopistas, varios niveles de autopistas superpuestas, ausencia de árboles y zonas verdes, Japón, Tokio, grandes ciudades niponas, comida japonesa… Todo eso y algo más es este film que quiere ser negro (intriga, asesinatos y sexo) pero tiene algo también de mágico, de tierno, quizá simplemente de puro arte, arte puro y duro.
Me llamó la atención (debe ser deformación profesional) las aberturas en las medianerías de los edificios, me refiero a las que hacen adrede para dejar a los edificios oscilar libremente por la frecuencia e intensidad de los fenómenos sísmicos en Niponia.
Me gustó la interpretación de la chica y la del padre, la del chico menos. NPI del ente que pulula por ahí (especie de secretario del padre). Espero poder hacerme con el guión que creo se ha publicado, porque de algunas cosas no me enteré, según pude deducir al leer las reseñas.
¡Ah! Y con final inesperado.