A SINDA, JESÚS Y UN POCO TAMBIÉN, A LUIS FELIPE.
(A ellos no les importará compartir la dedicatoria.)
Ginebra, 1973.
Comienza el día. En las calles se oye caer la lluvia a borbotones.
Marie se despierta porque siente presión contra la punta de su nariz. Abre los ojos y se los frota: cree que está soñando. “No puede ser”, piensa. Se levanta de un salto y corre al espejo. “No puede ser”, dice en voz alta. Vuelve a restregarse con las manos. “No puede ser”, grita.
Un “no” largo y profundo, desgarrador, se escucha desde todo el vecindario.
Marie recuerda cuando Gepetto, su padre, le repetía de niña: “eres una mentirosilla, te pasará como al muñeco de madera”. Pero no, no puede ser.
Afuera, las gotas se han convertido en bolas que golpean con furia las aceras, las ventanas, los tejados.
Marie se pregunta qué explicación podrá dar a quienes, sin duda horrorizados, la contemplen. Reflexiona si salir a la calle o permanecer allí, escondida, esperando. Vuelve al espejo: “no, no puede ser”.
Se acuerda vagamente de la conversación de anoche, las preguntas tediosas, las respuestas ambiguas, y después, la temida, la esperada, la pregunta. La Pregunta. Y la respuesta; su respuesta que recuerda bien, como la mirada de Gepetto con aire de incredulidad. Él ya sabe, ella sabe que él sabe. Los dos callan.
Se sienta sobre la cama y cierra los ojos. Se concentra en la palabra mágica: HOPONOPONO. Así permanece un tiempo: un instante o una eternidad. Un tiempo.
Un semicírculo con rayas de colores atraviesa el firmamento. Deja de percibirse el repiqueteo sobre las aceras, sobre las ventanas, sobre los tejados.
Marie se relaja y se tumba de nuevo.
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(A ellos no les importará compartir la dedicatoria.)
Ginebra, 1973.
Comienza el día. En las calles se oye caer la lluvia a borbotones.
Marie se despierta porque siente presión contra la punta de su nariz. Abre los ojos y se los frota: cree que está soñando. “No puede ser”, piensa. Se levanta de un salto y corre al espejo. “No puede ser”, dice en voz alta. Vuelve a restregarse con las manos. “No puede ser”, grita.
Un “no” largo y profundo, desgarrador, se escucha desde todo el vecindario.
Marie recuerda cuando Gepetto, su padre, le repetía de niña: “eres una mentirosilla, te pasará como al muñeco de madera”. Pero no, no puede ser.
Afuera, las gotas se han convertido en bolas que golpean con furia las aceras, las ventanas, los tejados.
Marie se pregunta qué explicación podrá dar a quienes, sin duda horrorizados, la contemplen. Reflexiona si salir a la calle o permanecer allí, escondida, esperando. Vuelve al espejo: “no, no puede ser”.
Se acuerda vagamente de la conversación de anoche, las preguntas tediosas, las respuestas ambiguas, y después, la temida, la esperada, la pregunta. La Pregunta. Y la respuesta; su respuesta que recuerda bien, como la mirada de Gepetto con aire de incredulidad. Él ya sabe, ella sabe que él sabe. Los dos callan.
Se sienta sobre la cama y cierra los ojos. Se concentra en la palabra mágica: HOPONOPONO. Así permanece un tiempo: un instante o una eternidad. Un tiempo.
Un semicírculo con rayas de colores atraviesa el firmamento. Deja de percibirse el repiqueteo sobre las aceras, sobre las ventanas, sobre los tejados.
Marie se relaja y se tumba de nuevo.
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... LE BEAU TEMPS.
Béjar (Salamanca), 2009.
Hoy nos mira desnuda, el brazo derecho sobre su vientre, el izquierdo entre las sábanas, alguna mata de pelo le resbala sobre los hombros. Marie en blanco y negro. Marie desde el librito subasta para una buena causa. Marie desde la pared de mi casa.
Marie.
Marie.
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Dibujo original de Luis Felipe Comendador.
Dibujo original de Luis Felipe Comendador.
Reproducción incluida en la serie subastada para SBQ en enero de 2009, adjudicada a Jesús y Sinda.
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NOTA POSTERIOR (26.02.2009).
Encuentro unos versos de Neruda en el poema "Llénate de mí" que dicen:
[...
No, no puede ser, no puede ser, no puede ser.
Entonces gritaría, lloraría, gemiría.
No puede ser, no puede ser.
...]
Juro que hasta hoy no los había leído (o quizá sí y estaban en mi subconsciente????)
9 comentarios:
Marie, Marie...
... mira también desde la pared de mi casa.
Pero qué monstrua! Cómo te sales! Me ha encantado. Es una preciosidad. Y además me has situado el relato en Ginebra, donde el arcoiris atravesando el firmamento, se ve salpicado por el inmenso surtidor que sale del lago, donde pensé que todos los sueños podían cumplirse.
El final, alucinante.
A Jesús tendré que explicárselo, porque (todavía no me llegó el libro de LF), si no, no lo entendería; no sabe nada (era una sorpresa para él).
Ah! Un honor el compartir la dedicatoria con esos dos hombres. Sin el primero no me habría existido Ginebra; sin el segundo no habría existido Marie (pronto en la pared de mi casa). Así es que a ellos les debo también un poco este relato, salido de tu maravillosa cabeza.
Un beso
PD: Me he empapado de Hoponopono
Sí, señor: "Après la pluie, le beau temps"
Creo que hoy más de uno no entenderá los guiños de tu relato, y es normal (pero dará igual, la belleza está en él).
Ya estoy viendo a Merino diciendo: Jo Sinduca, explícamelo.
Ya lo entiendo todo!
Ay Adu, qué bonito es, es PRECIOOOOOSOO!!!
-lo de Hoponopono me lo apunto para cuando me haga falta-
(Y tú Sindita, disfruta de tu Marie).
Un besazo,
y apúntame al té, anda, pero si puede ser... con pastas y cachimba -de tabaco, eh?!-
BBD, chiquis.
Ando runruneando escribir otra entrada que hable solo del proceso de gestación y parto de Marie.
Por orden de aparición:
- LUIS: bienvenu cher, très bienvenu. ¿Tengo que dedicarte una entrada para que me hables aquí? ¿Ese "mira" es imperativo o lo dice Marie? Se me ocurre que si guardas a Marie en *.jpg la podía colgar aquí ¿te parece?
- SINDA: me alegro de que te guste, de verdad, si eso te aporta algo positivo, ya me has hecho un poco feliz.
- DNC: solo puedo agradecerte una vez más tu fidelidad, chiquilla, y ese micro que yo ni de coña hubiera sido capaz de escribir tan solo dos o tres años atrás.
HO-PONO-PONO. No os creáis que yo tengo tanta pátina. En relidad me enteré hace bien poco, por mi homeópata. Pero tiene su sentido, sobre todo si uni no se lo cree del todo (nunca hay que creerse nada del todo).
Todos los besos.
Promete el día, promete el fin de semanita.
Ahora, mucho mejor. Es preciosa.
Todavía no me ha llegado el envío de Luis Felipe. Es el segundo paquete que SEUR, tan rápido y tan seguro, nos extravía este mes, aunque creemos que se trata más bien de un chanchullo del repartidor. Ambos envíos están hechos el mismo día (6 de febrero), ambos vienen a mi nombre, uno de Béjar y otro de Madrid. Ya hemos hecho las dos reclamaciones. Veremos qué pasa mañana, porque lo que venía de Madrid no aparece, y el repartidor dice que él pagará el valor del envío, que no se acuerda en qué casa lo entregó. No puedo creer que algo así ocurra con este servicio de mensajería. Estoy que rabio.
Mi experiencia es que si quieres que algo llegue, hazlo a través del Correos normal y corriente.
No me puedo creer que no la hubieras visto antes (a Marie), porque en su cara está el guiño más grande de la pequeña historia. Aún andaba pensando en corregir ese "nos mira" porque no nos mira, pero creo que lo voy a dejar así.
Ha sido muy bonita esta experiencia, de verdad, me gustaría contar el proceso pero tengo tantas cosas por subir...
Merci, Marie Sindi!
Gracias a ti de nuevo.
Me olvidé de decirte que es cierto que ya había visto a Marie. Sigue colgada en la entrada preciosa que Luis Felipe títuló "La autoridad moral del pobre". No es fácil encontrarla dado que en su blog no aparece -y es algo que me extraña- la fecha de publicación.
El comment anterior -el de "Gracias de nuevo" era mío; es que muchas veces me sale en el ordenador la dirección de Jesús (es lo malo de compartir) y no me entero. De todas formas me dice que él también te lo agradece, y mucho. Hay que ver qué bien ha quedado!
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