Con los puntos de fidelidad, he ganado un móvil supersónico de Timofónica (¿…seguro que es un regalo?) Es una chulada: pequeñito, ligero, y bonito hasta el color: como las nubes de aquel día. Además de servir para comunicarse con personas (que cada vez escasean más entre las líneas) y con las infinitas operadoras automáticas, tiene otras funciones muy útiles, como la de hacer la colada y tender la ropa.
Como he dicho, el aparatillo en sí es pequeño y ligero, pero el manual de instrucciones no me cabe en el maletero del coche, por lo que he habilitado la mesa del comedor para extenderlo allí y poderlo leer con atención. Pero, por más que intento estudiarlo, no consigo enterarme de cómo funciona el programa de ropa muy sucia para lavar trapos. Sospecho que está mal traducido del chino. Tampoco he averiguado cómo se hace una llamada, con lo cual no he podido contarles mis cuitas al Servicio de Atención al Cliente. El caso es que finalmente, he decidido claudicar. Hasta que no saquen otro modelo con planchado incluido y la función besos de verdad en el despertador, me voy a apañar con el mío de antes, que no es tan pequeño, ni tan ligero, ni es violeta, pero sé manejarlo (bien es verdad que me costó un máster a distancia).
Post.Data.- El manual de instrucciones lo tuve que imprimir y llevar a encuadernar después de descargármelo de la página web de Timofónica. Hay que ver lo fácil que nos han puesto la vida con esto de Internet.
Como he dicho, el aparatillo en sí es pequeño y ligero, pero el manual de instrucciones no me cabe en el maletero del coche, por lo que he habilitado la mesa del comedor para extenderlo allí y poderlo leer con atención. Pero, por más que intento estudiarlo, no consigo enterarme de cómo funciona el programa de ropa muy sucia para lavar trapos. Sospecho que está mal traducido del chino. Tampoco he averiguado cómo se hace una llamada, con lo cual no he podido contarles mis cuitas al Servicio de Atención al Cliente. El caso es que finalmente, he decidido claudicar. Hasta que no saquen otro modelo con planchado incluido y la función besos de verdad en el despertador, me voy a apañar con el mío de antes, que no es tan pequeño, ni tan ligero, ni es violeta, pero sé manejarlo (bien es verdad que me costó un máster a distancia).
Post.Data.- El manual de instrucciones lo tuve que imprimir y llevar a encuadernar después de descargármelo de la página web de Timofónica. Hay que ver lo fácil que nos han puesto la vida con esto de Internet.
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2 comentarios:
Hace tiempo veté a telefónica en las comunicacines de mi casa y móvil. De todas es la más cara y más fraudulenta y chapucera, aunque ninguna se salva.
Lo de los manuales es como una broma de mal gusto. Yo creo que lo hacen para fastidiar.
Besitos noctámbulos.
Jaaaaaaaaaaaaaaaaajaajjaja pero mira que eres salerosa, joía!
Si es que lo de internet funciona para todo... como decía el otro día "El Bolo" un "poeta-pensador-humorista-underground..."- yo no sé lo que es, pero lo pasamos pipa con él!-, decía:
"SI ME SUBE LA TENSIÓN...
ME LA BAJO DE INTERNET"
(jaaaaaaaaaaaaaaaaaaa)
Un besito.
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