Aquel sería el primer gesto maternal consciente que recuerdo. Después vinieron más. Muchos más. Demasiados.
La casa se llenó de gorjeos y ya nada volvió a ser como antes.
Lo peor llegó con el verano. Un día, ella cogió el equipaje y al bebé y salimos rumbo al pueblo. Paramos en la gasolinera, como otros años, pero esta vez sí me dejaron saltar del coche. Cuando quise darme cuenta, por más que ladré y ladré y corrí y corrí, nada: ni rastro de ellos.
Me recogió Paco y ahora vivo con él. Me siento a salvo. Deduzco, por su olor, que nunca tendrá un bebé.
Concurso micro-relatos Cadena Ser, octubre 2007
La casa se llenó de gorjeos y ya nada volvió a ser como antes.
Lo peor llegó con el verano. Un día, ella cogió el equipaje y al bebé y salimos rumbo al pueblo. Paramos en la gasolinera, como otros años, pero esta vez sí me dejaron saltar del coche. Cuando quise darme cuenta, por más que ladré y ladré y corrí y corrí, nada: ni rastro de ellos.
Me recogió Paco y ahora vivo con él. Me siento a salvo. Deduzco, por su olor, que nunca tendrá un bebé.
Concurso micro-relatos Cadena Ser, octubre 2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario