LOS ABRAZOS ROTOS.

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- Ese abrazo esconde un secreto.
- ¿Cual secreto? - dice ella mirando la foto a la que él se refiere.
- No lo sé, tendré que escribir la historia para averiguarlo.

Pido disculpas por desvelaros este fragmento que cito de memoria (no es literal, de modo que seguro que descubriréis algo nuevo al escucharlo), pero me ha parecido tan tantan... me ha llegado al alma, porque expresa muy bien algo que yo siento cuando escribo.
Lanzarote y sus viñas semi-enterradas en la arena negra, esas playas que parecen pintadas, los colores de otro mundo. Cuando alguien va a esa isla por primera vez se siente en otro planeta. Muy a la medida de Almodóvar quien borda, a mi juicio, el guión y dirección de una compleja historia, llena de enredos, secretos, sexo y amor en todas sus variantes.
El que la película me haya mantenido inmóvil, absolutamente centrada en ella, muestra su carga de suspense bien llevado, pues estoy últimamente que no me concentro en casi nada. Otro gran mérito es sin duda, que al final todo cuadra, no hay ningún cabo suelto. Se nos narra una historia y en la narrativa no puede haber cabos sueltos, ya que no es un poema, ni una exhibición lírica o surrealista. Si además de narrarnos la historia lo hace con esa fotografía bellísima, con paisajes y paisanajes dignos de interés, qué más queremos: también hay lirismo así.
En los créditos finales alguien canta algo que suena conocido, tipo ¿bolero? Y ésto me recuerda, pero mi memoria es frágil, a Luz Casal, a quien Pedro lanzó al estrellato hace mil años, con "Piensa en mí". Nunca me levanto del asiento hasta que no se enciende la luz, me gusta ver dónde se rodó, quién canta y esas cositas que suelen pasar desapercibidas a las multitudes.
Por decir algo y que no sea todo tan maravilloso, a mí me cansan un poco los colores de este manchego: abusa de los tonos primarios, rojos hasta la saciedad, azules en resalte, mal asunto para los daltónicos. Y también me cansa un poco la sordidez de sus historias, aunque debo reconocer que, en definitiva, todos tenemos capítulos recónditos secretos en nuestras vidas.

Los últimos minutos son un guiño a "Mujeres al borde de un ataque de nervios", una de sus mejores películas (la del oscar, creo). Hasta este detalle me pareció de buen gusto.

Y ahora que ya he escrito lo que me ha dado la gana, voy a ver qué dicen otros sobre "Los abrazos rotos." Suelo hacerlo para no acudir con pre-juicios. Aquí iré añadiendo las aportaciones que hagáis.

Ver http://cinepoesiajazz.blogspot.com/, entrada del 7 de abril.

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